No todos podemos llevar en el asiento de al lado a Luis Moya, el copiloto más famoso de España, a cambio tenemos que llevar a quien nos toque, ya sea un familiar, un amigos o un completo desconocido porque nos hemos comprometido a compartir el coche a través de alguna de las plataformas de este tipo, como BlaBlaCar o Amovens. Lo complicado es que tanto una pareja que nos habla demasiado como un cuñado que se pasa de sabiondo nos pueden molestar de tal manera que el viaje puede acabar siendo un problema.
El perfil del copiloto es un factor importante para el conductor, de hecho, 8 de cada 10 admiten distraerse por culpa de sus acompañantes, cuya manera de ser incide más de lo que pensamos en la manera en la que se va a desarrollar el trayecto.
En función de su actitud podemos distinguir los siguientes tipos de copilotos:
EL PEPITO GRILLO
Se considera un experto inigualable al volante y además tiene madera de educador, por lo que se pasará todo el trayecto llamando la atención al automovilista sobre su estilo de conducción y ‘enseñándole’ cómo se hace. El grado de alteración que produce al conductor es enormemente alto.
EL GPS
Es aquel que indica constantemente la dirección que hay que tomar e incluso lanza mensajes apocalípticos como: “por ahí tardaremos más”, “ponte mejor en el carril central” y el peor de todos: “te lo dije”. No se limita a dar direcciones e indicaciones a troche y moche, ya que también advierte de los posibles riesgos que tenemos delante, aunque los veamos de sobra, ya que este tipo de copiloto considera que tiene visión premonitoria. “Cuidado, que están frenando”, es una de sus mejores frases, como si estuviéramos ciegos.
EL CASCARRABIAS
Este perfil de copiloto ya se queja incluso antes de subir al coche, que si por qué voy delante, que si por qué detrás. Lo malo es que toda esta queja se incrementa considerablemente durante el trayecto y puede llegar a afectar a los nervios del conductor.
EL MIEDOSO
Suele ir agarrado con fuerza a lo que tiene a mano, ya sean las propias agarraderas del coche, la cinta del cinturón de seguridad o el mismo asiento, porque el tráfico le espanta. Vive en un constante estado de nervios debido a que su mente no se concentra en otra cosa que nos sea la posibilidad de chocar. Lo malo es que estos nervios terminan contagiando de una manera u otra al conductor.
EL TOCÓN
Al contrario del perfil anterior, este tipo de copiloto se relaja demasiado e incluso se permite el lujo de traspasar esa línea invisible que divide el espacio del conductor del espacio del copiloto para toquetear toda la botonería que tiene a su alcance: música, aire acondicionado, luz de alerta e incluso puede llegar a rincones verdaderamente prohibidos como activar los limpiaparabrisas. Una actitud totalmente intolerable.
EL HOMBRE INVISIBLE
Sin duda el mejor amigo del conductor: no habla, no opina, ni siquiera nos mira como conducimos e incluso llega a dormirse. ¿Qué más se puede pedir? Bueno, la verdad es que el ser humano siempre tiene un puntito inconformista y para un viaje largo tener a un muermo sentado al lado tampoco gusta.
EL PARLANCHÍN
Aquel acompañante que no puede controlar el impulso de hablar constantemente y que puede producir gran agotamiento en el automovilista. Su incontinencia verbal llega a ser tan excesiva que aunque se haya bajado del coche su voz sigue presente durante varios minutos.
EL MARCHOSO
Es un perfil muy similar al anterior, solo que en lugar de hablar de manera incansable, lo que hace es cantar, moverse en su asiento como si estuviera bailando y exigir el aumento del volumen de la música hasta que la rueda no da más de sí.
EL HINCHABLE
Aunque solo se conoce un caso documentado en la historia, cabe destacarlo como recurso desesperado del ingenio humano. Bueno en realidad este producto ya está concebido como recurso desesperado cuando no se tiene otra cosa. El caso es que en 2012 la Guardia Civil detectó que por el carril Bus-VAO (Vehículos de Alta Ocupación, que solo permite circular vehículos con dos o más ocupantes) de la A-6, cerca de Madrid, un coche cuyo copiloto estaba extrañamente inmóvil. Tras analizarlo, descubrieron que era una muñeca hinchable vestida y con gafas de sol, que el conductor utilizaba para poder usar el carril restringido sin levantar sospechas. Al menos este tipo de copiloto no molesta nada.
Bueno, ahora solo nos queda elegir: o viajar solos o acompañados, eso sí, debemos armarnos de paciencia y aguantar el copiloto que nos toque, sea cual sea su perfil.
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