¿Debe llevar una moto las luces V-16 de emergencia?

En caso de accidente o avería, los motoristas pueden colocar los triángulos o en su defecto encender las luces V-16, pero no están obligados a ello. Las motocicletas son un vehículo más ligero y se pueden retirar con más facilidad de la vía, por lo que su presencia en el arcén entorpece menos a otros usuarios de la vía.  

Los dispositivos de preseñalización de emergencia son un elemento fundamental para avisar al resto de conductores de una anomalía en la carretera, bien sea un accidente o una avería. Los clásicos triángulos reflectantes han sido la señal de emergencia por excelencia hasta la fecha, pero pronto van a ser sustituidos por las luces V-16. De momento, ambos sistemas conviven.

Las luces V-16 sustituirán a los triángulos

Desde el 1 de julio, las luces V-16 ya sustituyen legalmente a la señal tradicional, pero de momento ambas pueden usarse indistintamente. La ventaja de las luces V-16 es que se apoyan en el techo del coche, se encienden al instante y emiten destellos visibles a un kilómetro de distancia. A partir del 1 de enero de 2026, los triángulos quedarán prohibidos y solo podrán usarse las luces.

El reglamento de vehículos no exige a los motoristas que lleven un dispositivo de preseñalización, y muchos no lo hacían hasta ahora por la dificultad de transportar los triángulos. Las luces V-16 son más pequeñas y basta con adherirlas a una parte metálica de la moto o, si no la tiene, al guardarraíl.

Estos dispositivos se fijan con un potente imán y emiten destellos en color amarillo auto y en un ángulo de 360 grados. Mejoran la visibilidad del vehículo detenido, en particular de noche o con lluvia o niebla, y además facilitan la maniobra de alerta a las personas con movilidad reducida. Además, con estos sistemas se mejorará notablemente la seguridad vial.

La colocación de los triángulos exige caminar por el arcén para situarlos donde puedan ser vistos con la antelación suficiente por el resto de automovilistas. En una situación de emergencia se convierte en un peligro. La DGT registró 42 muertes por atropello en vías interurbanas por abandonar el vehículo tras un accidente o una avería entre 2018 y 2020.