A la hora de adquirir una motocicleta, más allá del gusto personal, también influyen el peso y la altura. Como no todos los cuerpos son iguales, es importante para la seguridad poder realizar maniobras en parado sin sobresaltos. Las personas más bajitas tienen algunos impedimentos con el tamaño y la masa de ciertos modelos, lo que les hace renunciar a la moto de sus sueños.
Bien es cierto que, una vez en marcha, a casi cualquier conductor le es sencillo manejar una motocicleta. Aunque los kilos no desaparecen, los principios físicos le permiten sortear estas deficiencias. Pero a baja velocidad y, sobre todo, en parado, la cuestión se torna mucho más complicada. Maniobrar con grandes motos para, por ejemplo, aparcarlas requiere de destreza.
Así, muchas mujeres tienen que renunciar a sus modelos favoritos por estos problemas de altura y peso, teniendo que buscar ejemplares más compactos para utilizarlas sin miedo a una caída. Para ayudar en esta ecuación, muchas marcas están incluyendo en sus catálogos variantes con una menor altura de chasis y asiento que les permiten llegar de mejor manera al suelo, tanto por seguridad como por comodidad.
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La física del manillar
El manillar de una motocicleta, más allá de ser una pieza (en su gran mayoría) de aleación de aluminio, es la extensión del tacto del conductor. Este componente fundamental permite conocer todo lo que sucede en el asfalto, debajo de la rueda delantera. Además, el manillar es un brazo que permite hacer palanca y, como manifiesta este principio físico, cuanto más larga sea, menos fuerza exigirá, pero lo hará algo más lento e impreciso de reacciones.
Un manillar más corto exigirá más fuerza por parte del piloto, pero hará que el tren delantero sea más rápido y preciso. En otro orden de cosas, un elemento destacado de esta barra es la incorporación de un antirrobo. Los fabricantes incluyen el bloqueo del mismo al girar el manillar hacia la izquierda —cuando la moto está apagada— para que se quede trabado y sea más difícil robar la moto.
El manillar y la pata de cabra
Al observar detenidamente cómo están aparcadas las motocicletas en las aceras o en los lugares reservados específicamente para ellas, casi todas tienen el manillar girado hacia el lado izquierdo. Esta pauta, además de bloquear el manillar, tiene un motivo de peso: la moto es más estable con la pata de cabra extendida. Cuando se dispone de caballete, no aplica este precepto.
Con la pata de cabra expandida, todo el peso de la moto recae en ese instrumento, y al colocar el manillar hacia la izquierda, contribuye a otorgarle más estabilidad. Aunque esta forma de aparcar la moto tiene un pero. Las personas de menor estatura tendrán más problemas a la hora de subir y bajar de la moto. Aunque existe un truco para superar esas trabas.
El truco para aparcar la moto
Los cuerpos de motoristas de las policías de todo el mundo llevan años utilizando este truco para subir y bajar de la moto una vez que se encuentra parada. Cabe recordar que las motocicletas de los diferentes cuerpos de policía suelen ser modelos muy voluminosos y pesados. Los pilotos que midan menos de 1,70 metros tendrán dificultades para realizar con solvencia esta operación.
Para subsanar la falta de altura al subir y bajar de la moto, tal y como explica la policía de carretera japonesa en su cuenta de X, es mejor girar el manillar hacia la derecha. Antes de descender del vehículo, se debe girar hacia la derecha mientras se aprieta el freno delantero. De esta manera, la carrocería se inclina más hacia la acera por el lado donde el motorista sube y baja, permitiendo hacerlo con más facilidad.
Al final, este truco rebaja unos centímetros la altura de la moto. Así, los usuarios que presentan más dificultad para realizar esta maniobra, con esa pequeña diferencia de altura lo tendrán más fácil.
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