El segmento medio de las motos naked (sin carenado) acaba de recibir un modelo que pretende revolucionarlo: la KTM 790 Duke promete ser un imán de ventas gracias a su agresiva imagen, su potente motor y una parte ciclo de lo más trabajada.
El diseño KTM está muy presente, con aristas y bordes afilados por doquier, consiguiendo una estética personal de lo más llamativa. Tras la minimalista careta delantera con faro doble sobresalen los retrovisores (colocados bajo el manillar) y un voluminoso depósito (aunque solo tiene capacidad para 14 litros), para conseguir en conjunto un frontal contundente, con un tamaño mucho menor en la zaga gracias a un sillín bajo (825 mm de altura) y un colín de lo más fino. Su peso en seco es de 169 kilos.
La KTM 790 Duke emplea un chasis multitubular de acero con el motor como parte estructural, un subchasis de aluminio y un basculante de doble brazo del mismo material. Las suspensiones las firma WP, con una horquilla delantera invertida de 43 mm y 140 mm de recorrido, y un monoamotriguador trasero de 150 mm. En cuanto a los frenos, usa un doble disco delantero de 300 mm de diámetro mordido por pinzas radiales de cuatro pistones y uno sencillo de 240 mm con pinza de dos pistones en la rueda trasera.
El motor elegido es el LC8c, un bloque de 799 centímetros cúbicos que desarrolla 105 CV a 9.000 rpm y 86 Nm a 8.000 vueltas. Para sacarle el máximo partido cuenta con función Launch Control, control de tracción, cambio rápido y cuatro modos de conducción, uno de ellos pensado para circuito y totalmente configurable.
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