La industria del motor a menudo interactúa con otras con las que a priori no tiene mucho que ver. Se han visto alianzas con marcas de ropa e incluso con empresas constructoras, pero menos común es que un fabricante de motos se alíe con una plataforma de vídeo, justo lo que ha hecho Yamaha con Netflix.
La firma nipona ha colaborado en el nuevo anime de la segunda, denominado ‘Tokyo Override’, que ya está disponible y que está ambientado en la ciudad japonesa, pero dentro de 100 años.
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La marca del diapasón ha ayudado a crear tanto el mundo en el que se ambienta, como la motocicleta de su protagonista, la Y/AI, que luce un diseño realmente futurista.
El chasis de la moto se estructura en torno a una plataforma que une la dos ruedas, dejando toda la parte superior con un formato muy minimalista, con un asiento de tamaño muy reducido, lo que sería el depósito (es eléctrica) con un diseño anguloso y transformando el manillar de toda la vida a unas mancuernas.
A pesar de ese futurismo, Yamaha quiso que el modelo fuera realista en la medida de lo posible. No es algo que salte a la vista, pero la posición de pilotaje es idéntica que la de la YZR-M1 que participa en MotoGP y utiliza el cuerpo del piloto para completar el diseño del conjunto.
El nombre de la motocicleta no es casualidad y es que en la marca consideran que, a un siglo vista, la Inteligencia Artificial que ahora comienza a despertar jugará un papel clave.
Satoshi Nakamura, de la División de Diseño y Planificación, explica: “En las carreras siempre pueden ocurrir accidentes inesperados. La idea de considerarlo como un medio para identificar riesgos y encontrar vías para desplazarse a un lugar seguro es única y, con el factor añadido del entretenimiento inherente a la competición, sentí que existía una sensación de realidad al verlo desde la perspectiva del significado que podrían tener las carreras dentro de 100 años”.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.