Las innovaciones tecnológicas en el mundo de la automoción están permitiendo estrechar el cerco al factor humano: el error que comete un conductor y que causa un accidente. Sin embargo, sucede que los sistemas de ayuda a la conducción de los coches no siempre son del todo fiables.
Desde hace unos años se han detectado problemas en los radares de los automóviles para identificar con precisión las motos y los escúteres. Pese al empeño de los desarrolladores de esta tecnología, los vehículos de dos ruedas son demasiado pequeños para que los radares los distingan, y Piaggio ha encontrado una solución.
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El radar para motocicletas de Piaggio
Lo que propone la firma italiana es algo tan simple como eficaz: reflectores de radar. Ni siquiera se trata de una novedad, ya que la idea se emplea desde hace muchos años años en el tráfico marítimo, donde las pequeñas embarcaciones son localizadas desde los grandes barcos.
Este sistema rescatado por Piaggio para sus motos es de tipo pasivo, porque trabaja amplificando la señal, como sucede con los barcos pequeños. Se trata de que el dispositivo vea y sea visto.
Los radares actuales operan enviando una señal y con un campo de visión en forma de cono, lo que genera zonas oscuras de detección. Con la patente de Piaggio se destaca que contarán con ángulos de visión, tanto vertical como horizontal, de 170 grados. Los dispositivos estarán colocados en el faro delantero y en la luz trasera, por lo que ofrecerán casi 360 grados de cobertura. Además, van a proporcionar una mayor distancia de rastreo que los radares actuales, con un alcance de 300 metros y un sinfín de objetos y vehículos detectados cada segundo.
La fábrica de Pontedera también asegura que su radar proporcionará información de la velocidad, la aceleración o la trayectoria de los distintos vehículos de la vía, y todo sin la obligación de estar interconectados a través del 5G. Esto va a ayudar a rebajar los costes y a que este sistema se monte en las motos y escúteres de la amplia gama del grupo Piaggio sin que se vean incrementados por ello los precios.
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Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.