Los motoristas no se fían de la carretera. Puede sonar exagerado, pero es una de las conclusiones que se extraen del estudio Radiografía del motorista en España, elaborado por la Dirección General de Tráfico, la Fundación Pons y Midas. En él analizan los hábitos de los motoristas, así como la percepción que tienen de sí mismos y de los peligros que les esperan cuando están circulando. En este último punto la mayoría coincide: el 75% considera que las carreteras están llenas de elementos que, inocuos para los automovilistas, son trampas para ellos.
En concreto, los encuestados hablan de la presencia de baches y agujeros (mucho más peligrosos sobre dos ruedas), de la pintura de los pasos de cebra y de las tapas de alcantarilla. Las dos últimas resultan especialmente peligrosas en los días de lluvia, ya que hacen que las ruedas pierdan tracción y a provoquen caídas.
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Siete de cada 10 también señalan otros peligros importantes, como los ángulos muertos en los que no se les ve, los guardarraíles o el hecho de no mantener las distancias de seguridad. El 65% de los motoristas expone que no se siente respetado por el resto de conductores, pero el colectivo también hace autocrítica. Por ejemplo, los ecuestados apuntan que el hecho de usar una mala equipación o de adelantar por la derecha aumenta el peligro, el 86% reconoce ser imprudente en ocasiones en zonas urbanas y el 30% se considera, en general, menos prudente que los conductores.
Sobre el respeto de las normas de circulación, los datos son bastante llamativos. Aunque el 95% afirma ponerse el casco siempre en trayectos cortos en ciudad, al hablar del respeto de los límites de velocidad, la cosa cambia: en ciudad, el 36% los respeta siempre y el 43% casi siempre, mientras que en carretera los porcentajes son del 46 y el 42% respectivamente. A la hora de acatar las señales de circulación los datos son algo peores: un 7% de los encuestados expone que no hacen caso de ellas, aunque el 63% afirma seguirlas a rajatabla.
¿Y cuál es el perfil del motorista en España? El de una persona de más de 40 años, con una media de 42 y que en dos de cada tres casos es varón. La mayoría (el 60%) conduce por placer, aunque un porcentaje importante (el 38%) utiliza la moto porque resulta práctica, destacando el 92% del total la facilidad para aparcar como uno de sus puntos fuertes.
Por tipo de moto, la mitad poseen una motocicleta, el 37% un escúter y el 11% un ciclomotor, algo que tiene bastante sentido ya que, por cilindrada, el grupo más presente es el que va de los 50 a los 125cc, seguido por el de las motos que van de los 501 a los 750cc.
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