Yamaha YZF-R6: imagen agresiva y electrónica de competición

Adopta la estética de la R1, aligera su peso, cuenta con todo tipo de tecnología y, de momento, se desconoce su potencia.

Yamaha YZF-R6

Prácticamente de la pista a tu garaje.

Desde pequeños tendemos a imitar a nuestros mayores, puesto que los vemos como un referente en nuestras vidas. Y si el modelo a seguir es nada menos que una R1, el resultado tiene que ser bueno. No había dudas de que la Yamaha YZF-R6 iba a salir más que bien.

Y es que en la marca del diapasón han optado por un cambio radical de su 600 en cuanto a imagen, mientras que han mejorado su parte ciclo y la han colmado de chuches electrónicas. La guinda del pastel, su motor, es algo que todavía se mantiene en secreto.

Pero volviendo a lo que se sabe y que salta a la vista, la R6 2017 parece una moto ‘de carreras’ más que nunca. El frontal luce una entrada de aire central que recuerda a las máquinas de MotoGP y reduce las luces diurnas a unas tiras de LED colocadas en la parte baja lateral de la careta. Sin los retrovisores, que incorporan los intermitentes, parece un modelo creado para circuito.

Además, se ha optimizado el diseño del carenado y gracias a sus nuevas formas, su eficiencia aerodinámica es un 8% mayor. A esto hay que añadir un peso de 190 kilos con todos los depósitos llenos, algo que se ha conseguido gracias al depósito de aluminio y al subchasis trasero fabricado en magnesio.

Continuando con la parte ciclo, emplea la misma horquilla delantera de la R1, un KYB invertida con barras de 43 mm de diámetro. De la misma marca es el amortiguador trasero, multirregulable. Los frenos, por su parte, son unos de doble disco de 320 mm de diámetro mordidos por pinzas monobloque de cuatro pistones.

En cuanto a la electrónica, la Yamaha YZF-R6 cuenta con acelerador electrónico (YCC-T), admisión electrónica (YCC-I), sistema de cambio rápido (QSS) y un sistema de control de tracción (TCS) con seis niveles de asistencia, además de la opción de desconexión.

Se presentará al mundo en el EICMA de Milán, donde posiblemente se resuelva el misterio de cuál es su propulsor. En abril de 2017 estará en los concesionarios.

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