Audi RS Q3: celebración a lo grande de los 10 años de un coche muy especial

La marca lanza una serie limitada conmemorativa del RS Q3, que aglutina lo mejor de su ingeniería y tecnología.

Audi

La pregunta era recurrente mientras estaba al volante. ¿Tiene sentido probar un coche del que tan solo se van a fabricar 555 unidades en todo el mundo? ¿Y que, de ellas, únicamente una veintena llegarán al mercado español? En principio la respuesta apuntaba al no, aunque bien pensado quizá el Audi RS Q3 10 Years Edition podía tener más recorrido del que pensaba.

La denominación deja lugar a pocas dudas. Con esta versión especial y limitada, Audi quiere celebrar una década de existencia del RS Q3, la versión más deportiva y prestacional del SUV compacto alemán. Un automóvil muy especial ya de base por lo mucho que ofrece en su conducción, así que llevarlo un pasito más allá no se antojaba una tarea sencilla, incluso con un cumpleaños como motivación.

De hecho, conscientes de ellos en Audi se han limitado a unos retoques estéticos, tanto en el exterior como el interior del RS Q3. La mecánica no presenta modificaciones, porque sacar más partido a motor de gasolina de 400 CV para un coche de su estilo seguramente carecía de sentido.

La marca ofrece esta edición limitada tanto en la carrocería SUV convencional como en la más atractiva Sportback, de un estilo cupé gracias a la caída más pronunciada de su techo en la zona posterior.

La primera evidencia de que no se trata de un Q3 normal es la pintura, dos colores característicos como un gris metalizado y, sobre todo, otra mate espectacular y que admite tantos interpretaciones como personas la contemplen: desde un verde suave a un beige claro, pasando por un gris algo indefinido. Muy bonito, en cualquier caso.

Más detalles únicos para los 20 afortunados que lo conducirán en España. Monta unas llantas de seis radios dobles de 21 pulgadas, a través de las cuales se aprecian unas pinzas de freno en color antracita (pueden ser rojas o azules como opción). Los elementos en color negro realzan la elegancia de un vehículo que también presenta matices deportivos: las carcasas de los retrovisores, los marcos de las ventanillas, el alerón delantero, la identificación del modelo…

El RS Q3 del décimo aniversario no defrauda en este sentido. Es exclusivo, lo repetiremos hasta la saciedad, y quien lo compre querrá que se sepa, así que en Audi no han dudado en hacerlo evidente, aunque con estilo y sin estridencias. Llama la atención como algo fuera de lo normal, pero lejos de caer en la vulgaridad o el exceso gratuito.

Característico… e incómodo

Franquear las puertas de este Q3 de alta gama es hacerlo al ambiente Audi. Y eso casi siempre está bien, casi perfecto, por lo que de calidad aporta la marca como buena alemana. En el caso que nos ocupa, lo más llamativo al hacerlo son dos asiento delanteros de estilo baquet de competición, tan particulares como poco prácticos.

Están tapizados en cuero y microfibra de tacto muy agradable, con el logo RS grabado en la parte superior y reforzados en la espalda con una funda de carbono marte. Son envolventes, como es norma en esta configuración de banquetas, con topes laterales para las piernas y el torso. Una solución ideal para sujetar el cuerpo en la conducción más deportiva pero un tanto incómoda en el día a día.

Son asientos pequeños y limitados por su configuración, con escasas posibilidades de reglaje. Una persona corpulenta tendrá difícil sentirse cómoda en ellos, por mucho que pueda presumir ante los amigos de coche deportivo. Tampoco son la panacea de la funcionalidad para sentarse y levantares de ellos, el reborde que los circunvala hace de la operación más compleja de lo deseable. Los traseros, por el contrario, son convencionales y sus pasajeros fardarán menos… pero se sentirán más a gusto.

Detalles en color cobre junto a otros de carbono y con el logotipo del décimo aniversario terminan de identificar a esta serie que, por lo demás, disfruta de todas las características propias de un Q3 de posicionamiento alto en la familia de este SUV. La conectividad se confía a una pantalla de 10,1 pulgadas (que se ve algo pequeña para lo que normal ahora en muchos casos), que deja su sello personal al encenderse: surge la leyenda ‘1 de 555’, que recuerda su exclusividad cada vez que el conductor la pone en funcionamiento.

Tras esa pantalla y una más abajo correspondiente a la climatización aparece una franja negra con el botón de arranque del motor y otro de manejo del equipo de audio. Es una zona pobre en el salpicadero, parece haberse quedado a medio acabar, da la impresión de que hay falta algo. No es una cuestión grave, solo desentona con ese ambiente general premium que se disfruta en el resto del habitáculo.

¿Se puede pedir más?

Siempre se puede pedir más. Sí, es cierto. Aunque en algunos casos hacerlo sería simple capricho. Es lo que ocurre con el Audi RS Q3, un SUV compacto que entrega 400 CV de potencia a través de un motor de cinco cilindros en línea y 2,5 litros de cubicaje.

La mecánica se completa con una inyección de combustible mixta (directa e indirecta), el inevitable turbo, un cambio automático de siete marchas y levas en el volante con doble embrague, además de la inevitable tracción total Quattro de Audi. El paquete completo de excelencia, en definitiva.

Sus cilindros cuentan con un encendido alterno (1-2-4-5-3) que propicia un sonido único del motor, tanto como entusiasmante para los amantes de la conducción deportiva. Así que arrancar el motor y comenzar a sentir que este coche va a un paso más allá que la mayoría de los SUV es todo uno.

Se pueden elegir desde el salpicadero cinco modos de conducción: confort, automático, dinámico, eficiente e individual. También tiene otros dos llamados RS que se configuran desde la pantalla MMI y que se accionan desde un botón especial situado en el volante, de modo que el conductor puede seleccionar algunos parámetros que le resulten más convincentes para tenerlos luego disponibles con un simple toque en ese pulsador.

Hora de disfrutar

Como SUV compacto (4,5 metros de longitud), el RS Q3 se revela como un automóvil funcional para el día a día. Hay que acostumbrarse, sin duda, a que nos miren más de lo habitual en los atascos o los semáforos. Mas allá de eso se trata de un coche fácil y cómodo de manejar, con las ventajas de un estupendo cambio automático, un tamaño apropiado para la ciudad y con solvencia sobrada para desplazamientos interurbanos. Difícil será, hay que tenerlo en cuenta, bajar de 11 o 12 litros por cada 100 kilómetros recurridos en un trazado mixto.

Los condicionantes ya mencionados de los asientos deportivos son incluso más evidentes en el día a día, mientras que dos pasajeros estarán cómodos atrás (algo menos un quinto, mejor evitarlo en viajes). Su maletero de 530 litros se antoja más que correcto, teniendo en cuenta la configuración del vehículo.

Sin embargo, comprarse un coche como este tiene un objetivo bien diferente de ir cada jornada al trabajo, llevar a los niños al cole o acercarse al super. Las siglas RS son para muy exigentes, más incluso quienes se decidan por una serie especial capaz de garantizar que se casi imposible encontrarse con un coche idéntico en todo el país.

Lo mejor de este Q3 es ponerse en carretera, preferiblemente con muchas curvas, y descubrir lo seguro que se puede ir a sus mandos a un ritmo de esos que sacan una sonrisa del conductor. Acelera con la contundencia que se espera de sus 400 CV, pero no solo hace eso: en curva es estable y noble, la dirección obedece sin rechistar y las suspensiones tiene el aplomo necesario para evitar los habituales balanceos de los SUV.

Después de acelerar suele tocar frenar. Y eso también lo hace sin rechistar el RS Q3. Un equipo de frenos potente y modulable, que no se fatigan con facilidad pese a que el coche cargado con cuatro ocupantes puede llegar a las dos toneladas. Se puede aplicar esta técnica de deceleración con convencimiento porque el conjunto tampoco se descompone en ese caso, mientras que la tracción total garantiza la tracción en cualquier circunstancia y tipo de superficie.

Objeto de deseo

Volvamos al inicio, al debate sobre la necesidad de coches tan aspiracionales como este Audi RS Q3 10 Years Edition. Mientras que el automóvil conserve un componente de pasión, disfrute y satisfacción tan valioso para muchos, productos así deben seguir existiendo. No son para todos, claro está, como tampoco pagar unos 80.000 euros por darse este capricho.

Quien puede permitírselo, será un poco más feliz. No hace falta apuntar a coches con tarifas estratosféricas para sentirse un poco especial y, sobre todo, recorrer carreteras desafiantes al volante de un producto tan redondo y satisfactorio como este de Audi. Si de algo hay que lamentarse al referirse a este coche, es no ser uno de los veinte privilegiados que lo conducirán en España…

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