Canyon: el VW Amarok más exclusivo y también versátil

Una nueva versión de la carrocería pick up de la marca alemana caracterizada por su completo equipamiento y por su polivalencia.

Canyon: el VW Amarok más exclusivo y también versátil

Volkswagen encuadra al Amarok en su división de vehículos comerciales. Sin embargo, cada día son más los potenciales compradores de este pick up que piensan en un automóvil de su estilo para una utilización muy lejana de la profesional. Se trata de un coche que puede ser idóneo para los amantes del ocio al aire libre, de la montaña, la playa o el deporte y precisamente para ellos se ha diseñado la variante denominada Canyon.






La base que se utiliza es la de doble cabina, mucho más polivalente que la de sólo dos plazas. Es un todoterreno de aspecto imponente, entre otras cosas porque mide 5,25 metros de longitud y más de 1,80 de altura (lo que representa un cierto inconveniente para moverse en el tráfico urbano, incluyendo el acceso a algunos aparcamientos). Su diseño es atractivo especialmente en esta versión, disponible en un llamativo color naranja cobrizo y con detalles exclusivos como las llantas de 17 pulgadas, los pilotos traseros oscurecidos o la pintura negra brillante para las estriberas inferiores, las barras de la caja de carga o el paragolpes posterior.

Al acceder a su habitáculo se aprecia un ambiente bien diferente al de un vehículo comercial, por mucho que éstos hayan mejorado en los últimos tiempos. No encontramos la calidad de un turismo Volkswagen… pero casi. Los plásticos tienen un buen tacto y acoplamiento, aunque lo que más llama la atención son los asientos tapizados en cuero (con costuras en el color de la carrocería) y calefactables los delanteros, así como el volante y la palanca de cambios en ese mismo material noble. En el apartado telemático el Canyon flojea algo más, con un equipo de audio bastante simple cuando lo deseable por su precio (43. 671 euros en esta versión) sería un dispositivo más completo, incluyendo navegador.

La base mecánica es un poderoso motor turbodiésel de dos litros y un rendimiento de 180 CV, acoplado a un cambio manual de seis relaciones (está disponible la misma mecánica con una caja automática de ocho relaciones). La tracción es trasera con el eje delantero conectable accionando un simple pulsador, además de contar con relaciones cortas y un sistema de control de descenso. Los más exigentes podrán acceder igualmente a una versión con tracción total permanente.

La potencia del motor es adecuada para mover un coche de sus dimensiones y peso, aunque obviamente sin esperar las prestaciones de un deportivo en una mole de casi dos toneladas. Necesita más de 12 segundo para llegar a los 100 km/h desde parado, aunque una vez lanzado mantiene sin dificultad buenos promedios de velocidad, con un tope de 183 km/h. Eso sí, deberemos estar atentos al pedal del acelerador para conseguir consumos en torno a los diez litros de gasóleo por cada cien kilómetros recorridos, puesto que en caso contrario el gasto puede llegar a dispararse.

El comportamiento dinámico del Amarok es el previsible considerando la filosofía del producto, no defrauda en modo alguno. Poco práctico en ciudad, solvente en autovía por su aplomo y más delicado en carreteras reviradas como tributo de unas dimensiones y peso que se traducen en balanceos significativos. El tren delantero es bastante predecible y confortable por su esquema de suspensiones por paralelogramo, no así el trasero que recurre al clásico eje rígido con ballestas, produciéndose ciertos rebotes ocasionalmente. Pero lo que es un pequeño inconveniente en el asfalto se torna en ventajas fuera de él; hablamos de un todoterreno de los de verdad, lejos de otros planteamientos más descafeinados, preparado para afrontar compromisos serios en campo y muy capaz en todo tipo de caminos.

Una opción, por tanto, muy aconsejable para quienes busquen un automóvil versátil sin renunciar a cierto grado de confort, pero que valoren sobre todo las posibilidades de una gran caja abierta de carga posterior. Un espacio muy aprovechable y que, además, se puede cubrir con una tapa tipo persiana que nos propiciará un maletero seguro y de enormes dimensiones. El Amarok puede ser el coche perfecto para los amantes de la montaña, el esquí, el ciclismo o el surf, disfrutando de todas las ventajas de este tipo de configuración junto a los argumentos de calidad y tecnología que dan prestigio merecido a los productos con el sello Volkswagen.



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