Tienen el tamaño justo para poder aparcar en ciudad y el espacio interior que hace falta para cargar todo lo que necesita una familia joven o el material deportivo de una pareja con estilo de vida activo. Estos son los dos grupos de clientes a los que se dirigen los monovolúmenes de tamaño medio, que siguen siendo los modelos más prácticos para la vida familiar, aunque están perdiendo ventas ante el auge de los todoterrenos (SUV) de su tamaño.
Conclusión
Dominio del Golf Sportsvan, que es el más práctico por dentro, tiene las mejores plazas traseras y un precio justificado. El Clase B ofrece el maletero más amplio y es el que menos ha gastado, pero le penaliza el sobreprecio del cambio automático. El Active Tourer destaca por su agilidad y comportamiento, consume lo justo y tiene el mejor cambio, con ocho marchas. Pero ofrece menos capacidad de carga y sale caro. El 3008 es el más asequible y el mejor equipado, aunque con cambio manual. Pero no resulta tan flexible por dentro y el motor es menos refinado.
En esta prueba hemos enfrentado a cuatro de los modelos más modernos y completos del mercado. Por un lado, el nuevo VW Golf Sportsvan, la versión con carrocería alta del Golf, que se impone a los demás. Y junto a él, el Peugeot 3008, que se renovó el año pasado y cumple el mismo papel completando la gama de su hermano el 308. Los otros dos rivales corresponden a marcas de prestigio y son el Mercedes Clase B, que acaba de recibir una puesta al día, y el BMW Active Tourer, primer monovolumen de la marca alemana. Los cuatro llevan motores turbodiésel de unos 150 CV (136 en el Clase B), pero mientras el VW y el Peugeot montan cambios manuales de seis marchas, más asequibles, el Mercedes y el BMW equipan cajas automáticas de siete y ocho velocidades accionables desde el volante, más sofisticadas y caras.
El VW se lleva la victoria porque ofrece un equilibrio muy logrado a un buen precio. No destaca por nada en especial, pero cumple muy bien en todo y ofrece un interior práctico con las mejores plazas traseras y un buen maletero. Además, aporta una calidad mecánica y de conjunto sobresalientes y tarifas justificadas. Se vende con tres motores turbo de gasolina (TSi) de 110 a 150 CV (desde 21.120 hasta 29.710) y con dos turbodiésel TDi de 110 y 150 CV (24.070 y 27.180).
El Mercedes es segundo a pesar del sobreprecio del cambio automático. Ofrece una imagen elegante, un interior cuidado y el mejor maletero. Y es el que menos ha gastado en la prueba. Sin embargo, sale caro y es el que viene menos equipado de serie, aunque lo compensa con el cambio. Tiene cuatro versiones de gasolina de 122 a 211 CV (de 22.875 a 37.225) y hay tres turbodiésel de 109 a 170 CV (28.125 a 36.475).
El BMW es tercero a solo un punto del Mercedes y destaca por su comportamiento dinámico, porque ofrece una agilidad sobresaliente para un monovolumen. Además, tiene las mejores prestaciones y un consumo cercano al Mercedes, pero con un maletero más justo. Se vende con tres motores de gasolina de 136 a 231 CV (de 27.900 a 38.600) y con otros tres turbodiésel de 116 hasta 190 CV (desde 28.500 hasta 38.600).
El Peugeot 3008 se queda a solo un punto del BMW y destaca por su precio: es el más asequible de los cuatro y el que viene mejor equipado. Pero tiene un interior menos práctico y flexible, y ha gastado más en la prueba. Se vende con dos motores de gasolina de 120 y 155 CV (15.782 y 21.962). Y hay cuatro turbodiésel de 115 a 160 CV (de 18.630 a 26.192) e incluso un híbrido turbodiésel o Hybrid 4 de 200 CV (29.190).
Conducción
Cuatro motores turbodiésel muy similares en rendimiento y prestaciones, pero con cajas de cambios diferentes. El VW, el Peugeot y el BMW montan mecánicas 2.0 de 150 CV; el Mercedes eleva la cilindrada a 2.2, pero rinde solo 136 CV. Además, mientras los dos primeros llevan cambios manuales de seis velocidades, los últimos equipan cajas automáticas: de doble embrague y siete velocidades en el Clase B y una clásica de convertidor de par y ocho marchas en el BMW.
Esta variedad de combinaciones mecánicas no impide que en la práctica todos corran casi lo mismo y al final la diferencia la marcan más los cambios que los motores. Así, los dos modelos automáticos al tener más marchas pueden escalonar las tres primeras con desarrollos más cortos para circular con más brío en ciudad y hacer cambios de ritmo más vivaces en carretera y zonas viradas. Y luego llevan las tres superiores más largas para llanear a punta de gas en autopista consumiendo lo justo. Con esta base, el Mercedes a pesar de tener menos caballos que los demás, se defiende tan bien como el VW y el Peugeot. En cambio, el BMW es siempre un poco más rápido de respuesta que los otros tres y ofrece unas prestaciones algo superiores, tanto al acelerar como en los adelantamientos, que le dan algo más de brío a la hora de viajar.
Máxima igualdad también en la estabilidad. Los cuatro tienen un planteamiento familiar, como corresponde a los monovolúmenes, y priman la seguridad y la facilidad de conducción, aunque con matices diferenciadores. Así, el Peugeot tiene la suspensión más alta y balancea más en las curvas, pero también activa enseguida los controles electrónicos, a veces de forma prematura. En consecuencia, aunque resulta un poco menos ágil en zonas de curvas, mantiene siempre la trayectoria marcada desde el volante. El Mercedes, por ejemplo, se sitúa en el otro extremo del 3008, porque tiene unas suspensiones más enérgicas que combinadas con las ruedas de 18 pulgadas de la unidad de pruebas, le hacían ir casi sobre raíles con menos balanceos que los demás. Sin embargo, el eje delantero tiende a deslizar en las curvas antes que sus rivales mostrándose menos ágil en zonas viradas.
El BMW y el VW son un poco superiores. El primero destaca por su agilidad y se apoya lateralmente con limpieza a la entrada de la curva dando confianza al conductor. El Sportsvan es el más homogéneo de los cuatro, tiene reacciones muy nobles y previsibles, y hace que el conductor se sienta a gusto enseguida, como si llevara media vida al volante del coche. Todos frenan muy bien y con equilibrio en caso de apuro, aunque con ligera ventaja del Mercedes, gracias a sus grandes ruedas de 18 pulgadas, que le dan más adherencia. En cambio, el Peugeot ofrece una calidad de conducción algo inferior a los otros tres, con unos pedales de tacto más duro, sobre todo el embrague, y una conducción menos refinada.
Vida a bordo
Estos cuatro coches tienen carrocerías monovolumen, pero con menos altura de lo habitual. Y no destacan por su modularidad interior, porque no incluyen asientos individuales ni extraíbles. En realidad, solo permiten plegar por partes los respaldos posteriores y sobre todo regular en longitud e inclinación el asiento trasero (el Peugeot lo lleva fijo, como los turismos).
El VW es el más completo. Tiene unas plazas delanteras amplias y unos asientos cómodos que sujetan bien. Y atrás está mejor aprovechado y da más sensación de desahogo: tiene el asiento más alto, cómodo y mejor diseñado, y ofrece algo más de anchura y espacio para las piernas. El BMW y el Mercedes son casi igual de amplios, pero el primero incluye unos asientos más pequeños y estrechos delante y atrás, y la banqueta posterior del Clase B es corta y no recoge bien las piernas. Los asientos del Peugeot son más cómodos que ambos, pero le falta profundidad en el reglaje del volante para los conductores más bajos y los reposacabezas traseros suben poco y no protegen bien a los más altos.
El 3008 tiene un buen maletero e incluye un portón dividido en dos partes, la superior que se despliega hacia arriba y la inferior, que se abre hasta la base y sirve de apoyo para dejar objetos. Pero al llevar la banqueta trasera fija, es el menos flexible. Si se adelantan al límite los asientos traseros, el mejor maletero es el del Clase B, seguido del Sportsvan y el 3008. La capacidad del BMW es en teoría similar, pero en la práctica, el doble fondo es muy pequeño y poco aprovechable. Por último, el Sportsvan y el 3008 incluyen mejores huecos para objetos, con bolsas grandes en las puertas, cofres generosos en el apoyabrazos delantero…El VW aprovecha mejor la zona del freno de mano con posavasos y repisas, y el Peugeot y el Mercedes tienen guanteras mayores.
Todos están bien acabados, con materiales y ajustes de calidad, y las diferencias están en el diseño. El Clase B es el más vistoso por dentro, con un salpicadero bitono, una pantalla central tipo iPad muy llamativa y una instrumentación de calidad. El 3008 es el más original, con un puesto de conducción inspirado en los aviones con los mandos mirando al conductor, pero la consola que separa los asientos delanteros es muy voluminosa. El VW y el BMW priman la funcionalidad y son sencillos y convencionales: llevan los mandos bien agrupados, pero los del Sportsvan son más intuitivos.
El Peugeot y el VW ofrecen un equilibrio de suspensiones y ruedas más cómodo para viajar, mientras el Mercedes y el BMW tienen reglajes más enérgicos y no filtran con la misma finura los baches cuando se circula por carretera y autopista. Pero todos resultan bastante confortables. Por último, los dos más nuevos, Active Tourer y Sportsvan, son más suaves y están mejor aislados. En cambio, el Clase B y el 3008 acusan su mayor veteranía y resultan más rumorosos y menos refinados.
Imagen y diseño
Ninguno destaca por su atractivo, porque los monovolúmenes priman el espacio interior y parecen más pesados. El Mercedes tiene más presencia y sobre todo la fuerza de la parrilla con la estrella, pero la zaga es la más cuadrada. El BMW aporta una silueta afilada, con una frontal bajo y un lateral ascendente que transmiten dinamismo.
El Sportsvan mantiene el estilo inconfundible de los Golf en el frontal, aunque con un diseño más alto y abultado. El Peugeot tiene el diseño exterior más voluminoso, sobre todo delante, y añade una zaga abombada y maciza. Y es el que está más visto.
En el interior, el Clase B aporta un estilo más elegante y sofisticado. Le sigue el Peugeot, muy original y sobre todo bastante cuidado. El Sportsvan es muy ordenado y funcional, como el BMW, pero no aportan nada que sorprenda.
Consumos
Los dos con cambio automático han gastado menos en la prueba: tienen más marchas y viajan más desahogados. Se impone el Mercedes, a pesar de sus grandes ruedas y mayor cilindrada: apenas pasa de cinco litros en conducción suave, 6,5 estirando las marchas y siete en ciudad.
El BMW ha gastado medio litro más: seis en conducción tranquila y siete apurando la mecánica y en tráfico urbano. El VW pasa de seis a ritmos suaves y sube a 7,5 en ciudad y apurando las marchas. Y el Peugeot gasta 6,5 en conducción tranquila, 7,5 en tráfico urbano y ocho si se le exige. Ninguno llega a 120 g/km de CO2 y no pagan Impuesto de Matriculación. Domina el Mercedes con 104 g/km, seguido del VW, con 112, y el BMW y el Peugeot suben a 114 g/km.
Precios y equipamiento
El cambio automático y la marca condicionan los precios. El Peugeot es el más barato, 24.610 euros (tiene 4.000 de promoción). Le sigue el VW, que cuesta 27.180, y tanto el Mercedes, con 33.179, como el BMW, que sube a 33.845, acusan el precio de la caja automática.
El equipo de serie presenta diferencias. Todos incluyen todo lo importante: climatizador, ordenador de viaje, radio-CD con mandos en el volante y retrovisores eléctricos. Y añaden control de velocidad (490 en el Active Tourer), llantas de aleación de 16 pulgadas (17 en el Peugeot) y sensores de lluvia y faros (solo de luces en el Clase B). Además, el Golf y el Peugeot llevan rueda de repuesto de emergencia y sensores de aparcamiento delante y detrás (el 3008 solo atrás), y serían los más completos si no fuera porque sus rivales lo compensan de sobra con el cambio automático, el extra más caro con diferencia.
Los cuatro ofrecen un comportamiento dinámico bastante seguro y aunque no destacan por su agilidad, sus ayudas electrónicas corrigen los errores. Todos vienen de serie con seis airbags, ABS, control de estabilidad ESP y sensor de presión de ruedas. Pero el Mercedes y el VW añaden un airbag más de rodilla (conductor) y detector de fatiga, que avisa del cansancio.
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