En el catálogo de los SUV, los todocaminos modernos que triunfan en todo el mundo, hay modelos de planteamiento urbano, pensados para moverse en la ciudad; deportivos, que ponen el acento en las prestaciones y el dinamismo; de diseño y otros focalizados en la funcionalidad, que buscan resultar cómodos y prácticos y otorgar un buen servicio como coche de uso diario y familiar. El nuevo Honda CR-V se apunta a este cuarto grupo, y es una de las propuestas de tamaño medio más amplias de la oferta actual. Y compite con alternativas similares como los Nissan X-Trail, Peugeot 5008 y Skoda Kodiaq.
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Las primeras unidades llegarán a los concesionarios españoles en octubre con un precio de acceso “inferior a 30.000 euros”, según la marca, unas tarifas superiores a los SUV equivalentes.
La quinta generación del CR-V mantiene la misma longitud (4,60 metros) y un diseño similar, pero renuncia a los motores diésel y, de entrada, solo se ofrece con un 1.5 turbo de gasolina. Puede tener, eso sí, cinco o siete plazas, cambio manual o automático y tracciones 4×2 y 4×4. Y en los inicios de 2019 la gama se completará con una versión híbrida.
El nuevo SUV de Honda conserva las virtudes del saliente, como la amplitud, que incluso se refuerza, y suma otras como el confort, que mejora tanto por las suspensiones como por la insonorización y la finura al volante, y se postula ahora también como uno de sus elementos distintivos.
La estética, en cambio, no recoge tantas novedades y, aunque el coche es más ancho y bajo que antes, el formato de la carrocería hace que siga pareciendo a primera vista uno de los SUV medios con mayor altura. Y el salpicadero, aunque gana refinamiento, mantiene una presentación más sencilla que sofisticada.
El motor 1.5 turbo de gasolina destaca por su calidad de funcionamiento y proporciona una relación notable entre prestaciones y consumo. Con el cambio manual de seis marchas rinde 173 CV, y con el automático CVT de siete sube a 193. Pero, a pesar de los 20 CV extra, el primero (con un manejo excelente) permite aprovechar mejor la potencia y mueve el peso con mayor brío. Tras los recorridos realizados, todos en carreteras secundarias a ritmos bajos y con adelantamientos puntuales, el primero gastó 7,2 litros a los 100 kilómetros y el CVT subió a 8,5 (6,3 y 7,1 litros oficiales, respectivamente).
El equipamiento supone también un paso adelante y el CR-V 2018 destaca sobre todo por su generosa dotación de seguridad (frenada automática con detección de peatones y ciclistas, retrovisores inteligentes con aviso de vehículos en ángulo ciego…) y un completo sistema multimedia
Funcional y con siete plazas
El CR-V es uno de los SUV medios más desahogados por dentro. La variante de cinco plazas destaca por su amplitud en todos los asientos, puede alojar con holgura a los más altos y corpulentos y tiene un maletero de 561 litros. En la de siete, en cambio, la zona de carga baja a 472 litros, y 150 si se utilizan las siete butacas, que solo valen para niños y adultos en trayectos cortos.
Al plegar las dos últimas filas, el piso queda plano y se dispone de un área de carga de 1,8 metros de longitud, suficiente para transportar bicis y carros infantiles, por ejemplo.
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