Probamos el primer Santana de la nueva era y las conclusiones no dejan indiferente

La marca española resurge con el lanzamiento de dos versiones de un todoterreno con carrocería pick-up.

Nuevo Santana 400, el pick up del resurgir de la marca.

La nueva era de Santana ya esta en marcha. El proyecto puesto en marcha por Edu Blanco ha arrancado en la que fuera la antigua factoría de la legendaria marca española en Linares (Jaén), con el ensamblaje de las primeras unidades del pick-up bautizado como 400, tanto en su versión diésel como híbrida enchufable.

Llegado desde China, el montaje final de este todoterreno con caja de carga independiente se ha iniciado para su distribución desde enero a los 30 concesionarios de Santana Motors que ya están operativos en el territorio español. Se trata de una propuesta que pretende competir en este segmento muy enfocado en las flotas, aunque sin despreciar a clientes particulares que puedan recurrir a tal tipología para sus aventuras fuera del asfalto.

El 400 es un coche más largo que sus dos competidores de segmento más directos, el Toyota Hilux y el Ford Ranger, superando a ambos en 20 centímetros para alcanzar los 5,52 metros. Su aspecto es imponente, puesto que también es alto y ancho, en ambos casos con cotas próximas a los dos metros, mientras que una distancia entre ejes de 3,3 metros le otorga un aplomo en marcha que se aprecia claramente durante la conducción.

Santana 400

La oferta mecánica se duplica con opciones bien diferenciadas. La más habitual en esta tipología de todoterreno es el 400 D con un motor turbodiésel de 190 CV de potencia, disponible con cambio manual o automático y, por supuesto, tracción total y reductoras.

Más innovadora, aunque comienza a llegar al mercado de la mano de otros competidores, es la solución híbrida enchufable del 400 PHEV, que lleva el rendimiento hasta los 429 CV, siempre con cambio automático y tracción total, además de homologar hasta 120 kilómetros de autonomía sin emisiones gracias a una batería de 32 kWh.

Primer contacto en Linares

El montaje de las primeras unidades del Santana 400 permitió una breve toma de contacto con las dos versiones, precisamente en los alrededores de la nave de ensamblaje de Linares. Un recorrido de medio centenar de kilómetros por carreteras comarcales y caminos de baja dificultad, pero suficientes para obtener unas impresiones iniciales de este todoterreno que inaugura una era para la marca.

El interior emana una calidad destacable, tanto en cuanto a equipamiento como acabados, especialmente en los niveles S de cada motorización, que son los más completos. El ambiente recuerda al de la mayoría de los coches del mismo origen, un planteamiento de la industria china en el que la tecnología se encuentra muy presente con generosas pantallas de instrumentación y conectividad.

Las unidades disponibles para esta toma de contacto se encontraban en su primera fase de desarrollo, por lo que se apreciaban algunos pequeños errores de software y de asistentes a la conducción, a la espera de que la marca los afine para satisfacer las necesidades de los mercados europeos antes de su lanzamiento definitivo.

Santana 400

Pero en general, la sensación en el habitáculo del Santana 400 es muy convincente, con algunos elementos que es incluso difícil encontrar en otros protagonistas del mercado: ocho modos de conducción, visión de 540 grados con simulación de capó transparente, bloqueo electrónico de diferencial, hasta una veintena de sistemas ADA, asientos de piel calefactados y ventilados, además de regulables en dos posiciones…

En definitiva, mucho más de que se suele esperar de un coche destinada a un trato duro y exigente, refrendando que un vehículo de este estilo puede ser también confortable y seguro para quienes lo utilizan, comparable a cualquier turismo y, por supuesto, a los todoterrenos más sofisticados.

Mucho aplomo en marcha

Las dimensiones del Santana 400 se traducen en un aplomo reseñable mientras se circula. Es un coche que pisa bien sobre cualquier terreno, con una suspensión muy capaz y una comodidad de marcha al nivel de las referencias del segmento. Las dos versiones superan las tres toneladas (más de 300 kilos por encima en el caso del PHEV) y es algo que se deja notar mientras se circula por carretera a ritmo alegre, incluyendo en la exigencia en las frenadas.

Nada que no resulte aplicable a otras pick-up, aunque lo destacable en las de Santana es que gestiona con eficacia este compromiso entre dinamismo y peso. Será necesaria una prueba más a fondo para concretar tales impresiones, lo que no impide que este primer contacto demuestre que se trata de un producto con un potencial que puede llegar a satisfacer a muchos usuarios.

Especialmente sorprendente es el 400 PHEV, tanto por las sensaciones que ofrece la utilización fuera del asfalto en modo 100% eléctrico como por el poderío prestacional de sus 429 CV, si olvidar un impresionante par motor de 800 Nm. Es una opción de valor añadido para aquellas empresa o conductores particulares que tengan los recursos para explotar al máximo las ventajas de su electrificación, por ejemplo, recurriendo a la circulación exclusivamente sin emisiones en determinadas circunstancias del entorno laboral o de explotaciones agrícolas o ganaderas.

Las suspensiones, esenciales en estos vehículos, se confían a un esquema poco frecuente en el segmento. A un clásico chasis de largueros y travesaños se ancla una suspensión delantera multibrazo, mientras que en el tren trasero aparece un eje rígido multibrazo con amortiguadores. Para quienes precisen un vehículo de trabajo de mayor robustez, encontrarán en el eje posterior la habitual solución de las ballestas.

Con todo ello y junto al diseño de la carrocería, los Santa 400 ofrecen unas cotas de todoterreno muy convincentes, como es un ángulo de ataque de 31 grados o 26 de salida, una altura libre al suelo de 240 milímetros o una capacidad de vadeo de 800 milímetros.

Precios competitivos

Santana se propone ofrecer a sus clientes coches de calidad, tecnología y capaces a un precio ajustado. Un pliego de condiciones muy frecuente entre los productos de origen chino y que tanto éxito está otorgando a las marcas emergentes. Los 400 no son tan baratos como se hubiera podido pronosticar, pero sí que muy competitivo frente al resto de los protagonistas del segmento.

Santana 400

La versión básica del 400 D arranca en 29.900 euros (precio sin impuestos al estar muy enfocado a profesionales), que son 34.600 euros con el acabado superior S y cambio automático. En cuanto a las variantes PHEV, el precio de salida es de 44.700 euros antes de impuestos, 4.000 euros más en el caso del S. Claramente por debajo de las propuestas con las que debe medirse en el mercado, de Ford y Toyota.

Santana ofrece cinco años de garantía, que será cubierta por su red de concesionarios con las piezas que les facilite el Grupo JPG. Según la marca, la experiencia de esta empresa especializada garantiza la disponibilidad del material en cualquier punto de la península en un plazo máximo de 48 horas.

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