El Bentley Continental siempre ha sido un ejemplo de cómo lujo y deportividad pueden convivir incluso en una berlina de grandes dimensiones, pero la marca ha llevado este concepto a un nuevo nivel con el Continental GT Supersports. El recién llegado se ha hecho de golpe con dos títulos dentro de la familia: es el Bentley más potente y más rápido de la historia.
Lo primero lo ha conseguido gracias a un importante trabajo de los ingenieros de la marca sobre el motor 6.0 W12: han instalado dos turbos de alto rendimiento y se ha revisado el sistema de refrigeración para que desarrolle 710 CV y un par máximo de 1.017 Nm.
Para lo segundo, además del aumento de potencia, ha necesitado una considerable dieta. El Continental GT Supersports marca sobre la báscula 2.280 kilos, lo que, a pesar de parecer una cantidad enorme, lo convierte en el más ligero de su estirpe. Parte de la “culpa” de ello es de las llantas forjadas de 21 pulgadas, de los enormes discos de freno carbocerámicos de 420 mm y del sistema de escape de titanio opcional, que unidos ahorran hasta 25 kilos.
El resultado es que acelera de 0 a 100 km/h en 3,5 segundos y alcanza los 336 km/h de velocidad máxima. Dichas prestaciones pertenecen al cupé, el cabrio (del que no hay imágenes de momento) es algo más lento: 0-100 en 3,9 segundos y 330 km/h de punta, lo que en parte se debe a su peso ligeramente superior (2.455 kilos).
Su imagen difiere del resto de la familia, pero no en exceso: entradas de aire más grandes, salidas en el capó, alerón específico y un difusor más agresivo. En el habitáculo sí se desmarca más, con una combinación cromática tricolor, tapicería mixta de cuero y Alcantara, y un acabado a cuadros para el salpicadero.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.