La pelea continúa entre Bugatti y Koenigsegg con dos objetivos principales: lograr el mejor tiempo en el 0-400-0 km/h y alcanzar la máxima velocidad punta posible. En este último campo el Bugatti Chiron Super Sport 300+ dio un golpe sobre la mesa siendo el primer vehículo de calle en superar las 300 millas por hora (aproximadamente 490 kilómetros por hora), pero el Koenigsegg Jesko Absolut pretende dar un paso más y superar los 500 kilómetros por hora.
La propia compañía ha presentado el modelo como el Koenigsegg más rápido fabricado en serie. Se trata de una variante del Jesko con modificaciones para alcanzar la velocidad máxima posible. Los ingenieros del fabricante han dedicado 3.000 horas de trabajo a optimizar la aerodinámica del superbólido, que tiene un coeficiente CX de 0,278.
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Lo consigue gracias a soluciones como la instalación de nuevas aletas en el splitter delantero, el alargamiento de la zaga en 85 milímetros y la eliminación del voluminoso alerón trasero, ahora reemplazado por dos aletas que reducen la resistencia aerodinámica y la carga aerodinámica generada.
También se ha trabajado en la reducción de peso del Koenigsegg Jesko Absolut, con elementos como el cigüeñal más ligero del mundo, con solo 12,5 kilos, y una caja de cambios automática de nueve relaciones de solo 90. Lo que no cambia es su motor, un bloque 5.0 V8 biturbo que puede funcionar con gasolina convencional o E85, en este último caso alcanzado una potencia de 1.622 CV y un par máximo de 1.500 Nm.
Koenigsegg no ha declarado oficialmente la velocidad objetivo del coche, pero Christian von Koenigsegg, fundador de la marca, afirmó en una entrevista con Road&Track que según las simulaciones podría llegar a los 532 km/h.
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