En las casas, es habitual apagar la luz al salir de una habitación: no tiene sentido dejarla encendida si no hay nadie y, además, se ahorra en la factura de la electricidad. Esta táctica ha sido trasladada a las carreteras: hay un lugar donde la imagen de todas las farolas encendidas sin necesidad ya es historia.
Los sistemas de iluminación con sensores de presencia que se ponen en marcha cuando detectan movimientos no son novedad. Esta tecnología es usual en algunos aparcamientos, en los pasillos de hoteles o en los lavabos de determinados restaurantes.
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Un experimento con 220 sensores
Noruega ha combinado ambos conceptos. Después de llevar a cabo algunas pruebas de corto alcance, dieron forma a un proyecto con el que instalaron 220 sensores en un tramo de carretera de nueve kilómetros. La vía está ubicada en Hole, una localidad situada a una hora en coche de Oslo.
La tecnología funciona mediante sensores de radar instalados en postes de luz: así es como saben si la carretera está en uso o no. Si está vacía, las luces reducen automáticamente su potencia al 20%.
Cuando los sensores detectan que se acerca un vehículo o un peatón, la aumentan hasta el 100%. Una vez que pasan de largo, la intensidad de las farolas vuelve a atenuarse automáticamente. A largo plazo, supone un notable ahorro de energía y, además, es respetuoso con el medio ambiente.
Según los cálculos realizados, en menos de cinco años estas luces automáticas estarán amortizadas. Otros países con costes energéticos más elevados lo conseguirían, incluso, más rápido.
El ejemplo de Noruega
Este es otro ejemplo de las políticas puestas en marcha por Noruega para reducir el consumo de energía y promover tecnologías sostenibles. No en vano, el país fue pionero en incentivar la adopción de vehículos eléctricos.
Su apuesta fue tan fuerte que, en 2024 y según el último informe presentado por la Federación Noruega de Carreteras, ya hay más coches eléctricos que de gasolina en un parque automovilístico compuesto por 2,5 millones de vehículos:
- 754.303 modelos de cero emisiones.
- 753.905 de gasolina.
No es de extrañar si se tiene en cuenta que, en los últimos años, la cuota de ventas de coches eléctricos en Noruega supera el 80%. El siguiente objetivo es convertirse en el primer país que elimina la venta de vehículos de combustión en 2025: 10 años antes del objetivo marcado por Europa.
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