El uso de cámaras en lugar de retrovisores es algo que hace unos años parecía exclusivo de prototipos, pero en fechas recientes tanto Lexus como Audi han llevado esta tecnología a modelos de calle. Como no hay dos sin tres, Honda ha confirmado que su primer eléctrico, el Honda e, también las tendrá como parte de su equipamiento de serie, algo inédito en un vehículo de su segmento.
Su estructura es igual a la que ya se ha visto en otros modelos, reemplazando los retrovisores tradicionales por unas estructuras mucho más finas y livianas que incorporan tanto el intermitente como la cámara, lo que contribuye a mejorar la aerodinámica del vehículo en un 3,8%.
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Cada una de ellas transmitirá sus imágenes a sendas pantallas de seis pulgadas situadas en los extremos del salpicadero, en la parte baja del pilar A, en una posición bastante similar a la de los retrovisores convencionales, decisión tomada por la marca japonesa para que los conductores sigan haciendo un movimiento natural que ya tienen interiorizado.
Las ventajas que trae consigo este sistema son variadas. La primera es un ángulo de visión mayor, lo que reduce hasta en un 50% los ángulos muertos. Al meter la marcha atrás las cámaras ofrecen un ángulo más beneficioso y, además, muestran líneas de guía para ver la trayectoria del coche. Por último, ofrecen una visión más clara y nítida ante situaciones de mal tiempo, como la lluvia, y en la conducción nocturna.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.