Continental desarrolla un neumático que se infla en marcha

El Conti C.A.R.E. cuenta en su interior con bombas centrífugas que generan aire comprimido para que el neumático tenga siempre la presión óptima.

neumaticos continental

La fuerza centrífuga ayuda a cargar el depósito de aire comprimido de los Conti C.A.R.E.

Los neumáticos son una parte fundamental del vehículo y los Conti C.A.R.E. vienen a solucionar un problema histórico. Las ruedas son tan importantes porque se trata del único elemento que mantienen el coche en contacto con el firme, algo clave en materia de seguridad.

Entre las diversas características que hay que vigilar, como el dibujo, el desgaste o posibles desperfectos, la presión es un punto muy relevante. Que sea la adecuada ayuda a mejorar el agarre y a evitar posibles reventones, y en los últimos años tecnologías como los sensores de presión han ayudado a monitorizar este aspecto.

Pero ahora, Continental ha ido un paso más allá, presentando unos neumáticos, todavía en forma de prototipo, que son capaces de hincharse mientras el coche está en marcha. Las siglas que aparecen en su nombre (Conti C.A.R.E.) hacen referencia a ‘Connected. Autonomous. Reliable. Electrified’, es decir, conectado, autónomo, de confianza y electrificado. Los neumáticos están cargados de tecnología que opera en diferentes ámbitos.

Por un lado, un gran número de sensores generan datos de manera continua sobre la presión de la rueda, su temperatura, posibles daños y la profundidad del dibujo. Toda la información recabada se envía al ContiConnect Live, donde un supervisor puede analizar la situación y ordenar que se lleve a cabo una reparación, reemplazo, etc. Este aspecto ha sido ideado pensando en las flotas de taxis autónomos que llegarán a las calles a medio plazo, como medio para optimizar su eficiencia.

Pero lo más interesante es la tecnología que permite inflarlos sobre la marcha. En el interior de cada Conti C.A.R.E., el sistema PressureProof se encarga de asegurar que la presión del neumático es óptima en todo momento, lo que ayuda a mejorar la eficiencia, reducir el consumo y rebajar las emisiones de CO2.

Este consta de unas bombas centrífugas integradas que acumulan aire comprimido a medida que el vehículo acelera, almacenándolo en un pequeño tanque conectado a la cámara. Entonces, cuando los sensores notan que la presión baja, suministran el aire para que se encuentre en el punto óptimo siempre.

Las aplicaciones de esta tecnología van más allá de la calle, puesto que en el ámbito de la competición también se le puede sacar un gran partido, buscando siempre la mayor superficie de contacto de los neumáticos con el asfalto para mejorar el agarre y el comportamiento.

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Mario Herráez

Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.

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