Excepto en lugares como Estados Unidos, tradicionalmente han sido las cajas de cambio manuales las más populares. La lentitud y poca eficiencia de las automáticas jugaba en su contra pese a ser más cómodas de usar, pero ambos problemas se han solventado en tiempos más recientes hasta el punto de que cada vez son una opción más demandada.
El sorpasso definitivo de las transmisiones automáticas se esperaba con los coches eléctricos, ya que, por las características del sistema de propulsión, son la opción predefinida. Sin embargo, hay quien se resiste a la desaparición de las manuales: Toyota está trabajando en un tipo de cambio manual virtual para sus modelos sin emisiones.
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La información ha salido a la luz gracias a BZ Forums, que ha recogido ocho hojas de patentes registradas por la marca japonesa en la oficina de patentes de los Estados Unidos. En ellas presenta una caja de cambios que simula el comportamiento de una manual en un eléctrico, para que el conductor pueda sentir el control y la interacción propia de los coches gasolina y diésel manuales.
El sistema consta de todos los elementos esenciales: una palanca de cambios, un pedal de embrague y un selector de modos de conducción. Este último es clave, puesto que permite alternar entre tres modalidades distintas.
En el primero, el conductor tiene que operar tanto el pedal como la palanca, en lo que sería la aproximación más cercana al comportamiento del manual. El segundo solo exige mover la palanca, guiándola de marcha a marcha. El tercero es completamente automático, pero simularía el comportamiento de un cambio automático en el que va subiendo o bajando marchas por su cuenta.
El sistema no estaría unido a la propia mecánica, sino que llevaría a cabo la simulación gracias a la informática o la electrónica. Esto, si embargo, no significa que no vaya a influir en la conducción, sino todo lo contrario: el motor no dará más de sí si va al tope de revoluciones con la marcha engranada, de la misma manera que le costará acelerar con ritmo si se circula en una relación muy alta yendo a bajas velocidades, por poner algunos ejemplos.
Se trata de un enfoque peculiar para un coche eléctrico, donde lo más cómodo y práctico es optar por un cambio automático. Sin embargo, la firma nipona podría estar trabajando en este tipo de transmisión simulada para dar un carácter más dinámico a los modelos deportivos de su ofensiva eléctrica, que incluye la llegada de 30 modelos a pilas antes de 2030.
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