El Grupo Renault puso en marcha en 2021 un programa específico destinado a la innovación en materia de seguridad. Bajo la denominación de ‘Human First’ (los humanos primero, en inglés), este proyecto desarrollado por Ampere para todas las marcas del grupo se ha traducido en interesantes soluciones que ya se aplican en algunos de sus últimos lanzamientos.
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El trabajo conjunto de ingenieros, especialistas en seguridad, jefes de productos e incluso bomberos se materializa en tecnologías que ayudan a los conductores, pero también a los encargados de prestar asistencia en caso de accidente.
Los servicios de emergencia resultan esenciales para minimizar los daños tras los accidentes, ya que de su rápida intervención y efectividad dependerá la gravedad de las lesiones o que se salven vidas. Es así como Renault ha formado a más de 5.000 bomberos en 19 países europeos, incluyendo España, además de facilitar información de todos sus vehículos para agilizar la extracción de personas cuando es necesario.
Desarrollo de vehículos
Renault ha ido un paso más allá en su compromiso con la seguridad. De este modo, los propios bomberos colaboran con el grupo francés en el diseño de los vehículos. Su experiencia es valiosísima para implementar componentes o soluciones que faciliten el trabajo de los servicios de emergencia en los accidentes más graves.
Una de las circunstancias que más complicaciones está generando entre los cuerpos de bomberos de todo el mundo son los incendios de los coches eléctricos. Las grandes baterías ardiendo precisan de intervenciones de una enorme magnitud ante las dificultades de extinguir las llamas.
Aunque las baterías que montan los vehículos electrificados de Renault están diseñadas para evitar que se incendien (ni siquiera en un accidente), un fuego externo podría propagarse a estos acumuladores de energía. En condiciones normales, y dependiendo de su capacidad, extinguir las llamas en una batería puede requerir hasta 40.000 litros de agua y más de 10 horas de trabajo.
Para reducir estos requisitos, Renault ha desarrollado lo que denomina ‘Fireman access’ (acceso de bombero, en inglés). El sistema se basa en un disco metálico de ruptura que sella la batería durante toda su vida útil y garantiza la estanqueidad imprescindible para los componentes eléctricos. Sin embargo, en caso de incendio, esta tapa cede con la alta presión del bombeo de agua y permite la entrada a la misma.
De esta manera es posible el ahogamiento del incendio, los bomberos pueden inyectar el agua a presión en el interior de la batería hasta que toda la carcasa que aloja las celdas queda inundada y, en consecuencia, el incendio extinguido.
Gracias a ellos, se precisan de solo 1.300 litros de agua a alta presión y unos 10 minutos de actuación para apagar el fuego generado en la batería. Los beneficios de esta innovación son evidentes e indiscutibles, tanto para la labor de los bomberos como para la seguridad general al controlarse en mucho menos tiempo, evitando los riesgos asociados de expansión del fuego en periodos más largos.
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