La tecnología en los automóviles ha evolucionado a pasos agigantados en los últimos años, convirtiendo en comunes elementos que hasta hace no tanto estaban reservados a modelos muy exclusivos. Uno de ellos es el HUD, es decir, el head-up display.
Este sistema consiste en proyectar imágenes en el cristal principal del coche (o uno específico creado para dicha función), por delante del volante para que el conductor pueda disfrutar de información relativa a la conducción sin necesidad de apartar la vista de la carretera.
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En función de su capacidad y su precisión, el head-up display incluso muestra datos sobre el funcionamiento de los sistemas de ayuda a la conducción, su eficacia y sus limitaciones.
El origen del Head-Up Display
Aunque actualmente se aplica a automóviles, su génesis se encuentra en el mundo de la aviación. Fue el caza Havilland Mosquito, a finales de la II Guerra Mundial, el primer avión que lo incorporó, con una placa de cristal a la altura de los ojos del piloto que reflejaba información del radar y un horizonte artificial.
Su salto al sector de la automoción llegó 20 años más tarde, con el Chevrolet Corvette Mako Shark II de 1965, aunque solo como adelanto.
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Hubo que esperar otras dos décadas para ver el primer head-up display operativo en el Oldsmobile Cutlass Convertible de 1988, en una serie limitada de 50 unidades llamada Indy Pace Car. Generaba una imagen virtual de un velocímetro digital y de algunos testigos en el parabrisas. Un año más tarde, Nissan lo instaló de serie en los modelos 240 SX y Maxima.
Los HUD actuales
A grandes rasgos, existen dos tipos de HUD: los que proyectan la información sobre el parabrisas y los que lo hacen sobre una pequeña pantalla traslúcida situada entre el cuadro de mandos y el parabrisas.
Actualmente ya hay sistemas bastante complejos que permiten personalizar la información que se muestra, incluso en capas superpuestas, y muestran imágenes sobre el mundo real que ve el conductor.
Es solo el principio y es que la realidad aumentada es el siguiente paso, con los sistemas interactuando con los elementos que rodean al coche, por ejemplo, colocando la flecha de giro del navegador en el cruce de la carretera correspondiente o destacando puntos de interés a medida que se pasa por ellos. Además, ya hay varias compañías que han coqueteado con la idea de convertir todo el parabrisas en un gigantesco head-up display.
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