Quién era Tesla y por qué la marca de eléctricos más vendida lleva su nombre 

Fue uno de los mejores científicos de todos los tiempos y propició que el mundo llegase a ser tal como es hoy.

Hoy en día Tesla es sinónimo de coche eléctrico. ¿Pero por qué la famosa marca estadounidense eligió ese nombre para lucirlo en sus coches?  

El apellido pertenece a un prodigioso inventor que consiguió trascendentales avances en el estudio y aprovechamiento del electromagnetismo. Sin embargo, su vida no fue nada fácil y tampoco estuvo exenta de misterio. 

Nacido en 1857 en la actual Croacia, por entonces perteneciente al Imperio austrohúngaro, Nikola Tesla ya destacó desde muy pequeño por su memoria y su inteligencia. Estudió primero en Graz (Austria) y luego en Praga (Chequia), antes de comenzar a trabajar como ingeniero jefe para la compañía telefónica de Budapest (Hungría) instalando la primera red de comunicación en el país. 

Posteriormente, se desplazó a París (Francia) contratado por la empresa Edison Continental Company, propiedad del ya famoso inventor estadounidense. Al poco tiempo, el propio Thomas Edison le instó a trabajar con él en Estados Unidos, a donde el joven Tesla se mudó para establecerse en la ciudad de Nueva York. 

Enfrentamiento tecnológico

Sin embargo, la prevista colaboración se convirtió en una guerra entre ambos genios de la ingeniería. Mientras que Tesla, fascinado por los campos magnéticos giratorios, apostaba por la corriente eléctrica alterna como fuente de energía, Edison defendía a ultranza la corriente continua, menos eficaz a la hora de transportarla a mayor distancia.  

Y la razón es que Edison poseía la patente de esta última tecnología, con lo que tenía mucho que perder si se imponían las innovadoras ideas de Tesla. Por ello, intentó desacreditarlo y finalmente y tras muchas desavenencias, Tesla abandonó la empresa para establecerse por su cuenta. 

La entonces creada Tesla Electric Light & Manufacturing tampoco tuvo mucho recorrido al surgir nuevos desacuerdos con los nuevos inversores, que también eran más proclives a explotar la red de corriente continua. Tras perder todos sus ahorros, Tesla se encontró arruinado y sin trabajo mientras veía como sus socios se aprovechaban económicamente de sus ya muy numerosos inventos. 

Transformadores y bombillas

Pero en 1888, el gran empresario George Westinghouse compró todas las patentes del inventor por un millón de dólares y le contrató para desarrollar por fin su sistema de producción de corriente alterna y competir directamente con el de corriente continua propugnado por Edison. 

Tesla ganó la partida y en 1893 la empresa Westinghouse fue requerida por el Gobierno estadounidense para establecer una red eléctrica que cubriera el extenso territorio con la tecnología que había defendido con tanta clarividencia. 

Mientras tanto, la mente de Tesla no descansaba y en 1890 inventó la bobina que lleva su nombre y que sirve para elevar la tensión de la corriente cuando se necesita. Es el llamado transformador que equipan hoy en día muchos electrodomésticos y ordenadores. Además, Tesla desarrollaría la bombilla de iluminación moderna y que también se impuso en su día a la fabricada por Edison, inferior en su rendimiento.

700 patentes mundiales 

La genialidad de Tesla no se limitó a esos grandes logros. En 1896 desarrolló un sistema de generación de energía que aprovechaba la fuerza hidráulica de las cataratas del Niágara y un año después registraba la patente del primer sistema de radio, adelantándose por poco a Marconi y generando una disputa que se prolongó durante décadas. 

Otras asombrosas aportaciones de este incansable genio fueron un barco teledirigido por ondas de radio o el gran descubrimiento de las ondas estacionarias, que aprovechó para demostrar cómo se podía transportar la energía eléctrica a través de la corteza terrestre o por las capas altas de la atmósfera. 

En total, Nikola Tesla registraría a lo largo de su vida 40 patentes en Estados Unidos y otras 700 en todo el mundo. Un mundo que ahora sería muy diferente sin los avances que realizó este gran científico en el campo de la electricidad y el magnetismo. 

Documentos clasificados por el FBI

Siempre preocupado por que la energía eléctrica llegara a la población más necesitada, Tesla cayó en el olvido pese a sus increíbles logros. Nadie se interesó en seguir financiando sus investigaciones y, pese a ello, persistió incansable en su empeño hasta el final de sus días. En 1928 registró su último invento: la patente perfeccionada de un vehículo volador de despegue vertical. 

Tesla falleció en 1948, olvidado por casi todos menos por el FBI, que le vigilaba de cerca y requisó misteriosamente toda la documentación sobre sus inventos. Y aunque el extenso material sería poco a poco desclasificado, el misterio persiste sobre el verdadero alcance de su contenido.  

Los trabajos de Tesla sobre el aprovechamiento de la energía libre o sobre el transporte inalámbrico de la energía eléctrica han generado muchas incógnitas y numerosas especulaciones, que perduran incluso décadas después de su desaparición.  

Ahora, la marca de coches eléctricos Tesla ha reavivado con su éxito su recuerdo y luce su nombre en homenaje a quien hizo posible la tecnología que permite electrificar el transporte.

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