Aunque básicamente un automóvil no deja de ser un motor, ruedas, controles y un volante para dirigirlo, cada fabricante quiere distinguirse del resto. Es por ello que un Audi no va a oler a nuevo igual que un BMW, o un Dacia no va a sonar de la misma manera que un Fiat. Los fabricantes tienen que ser únicos en los productos que ofrecen y sus clientes demandan esa distinción.
Al final, la elección de una marca de coches por parte de un consumidor es un proceso complejo que combina aspectos funcionales, emocionales y de percepción personal. Cada consumidor pondera estos factores de manera diferente según sus prioridades y circunstancias individuales. Para ello, las compañías automovilísticas deben crear un ecosistema que sea único y diferencial.
Una de las características de ese ecosistema es el sonido típico de la marca. En un vehículo, hay una multitud de fuentes de sonido: puertas cerrándose, el motor calentándose, los limpiaparabrisas en funcionamiento… Durante la conducción, muchas de estas apenas se notan. Sin embargo, cuando se escucha un sonido inusual, un golpe o un crujido, surge la pregunta: ¿existe algún problema?
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Ingeniero acústico
En un Porsche, todos los sonidos naturales que normalmente pasan inadvertidos durante el funcionamiento regular se armonizan con meticulosidad. Algunos de estos sonidos incluso ayudan a crear la firma única que distingue a la marca. Para lograr esto y transformar cada viaje en una experiencia especial, Porsche cuenta con expertos como David Sadowski.
Sadowski se unió a la compañía en 2015 como ingeniero acústico. Trabaja en la planta de Zuffenhausen, donde actualmente desempeña sus funciones en el departamento de Control de Calidad y Análisis. En esta sección, la acústica es fundamental, incluso durante la fase de preserie de un modelo. Un equipo de técnicos especializados en ruidos y vibraciones se asegura de que cada nuevo vehículo tenga el sonido distintivo de Porsche.
Los oídos de Sam
Una de las herramientas que emplean los ingenieros del departamento de Sadowski es una cabeza artificial. Más concretamente, un módulo acústico de sonido al que los trabajadores se refieren como Sam. Este dispositivo incorpora todos los componentes acústicamente relevantes de la parte superior del cuerpo, incluyendo un oído externo. Esto asegura una audición natural, proporcionando las condiciones óptimas para evaluar los sonidos de los coches.
Sam lleva incorporado un sistema de medición binaural, lo que significa que tiene dos oídos con dos micrófonos. David Sadowski explica que “como complemento al sistema de medición binaural, Sam nos permite llevar a bordo un par de oídos adicionales para cada prueba. Así podemos registrar el sonido en diferentes zonas del habitáculo, por ejemplo, en los asientos traseros”.
Analizando sonidos
El departamento de Sadowski debe analizar los sonidos producidos por los distintos componentes. En sus propias palabras: “En un coche de combustión, el ruido que emite una bomba de aceite puede quedar oculto por el del motor”, explica Sadowski. “Pero en un vehículo eléctrico, esta bomba se convierte de repente en un factor relevante, ya que el motor eléctrico funciona de forma mucho más silenciosa y no consigue enmascararlo. Por ello, debemos efectuar ajustes para poder crear el sonido típico de Porsche”.
Asimismo, comprueban cosas más convencionales, como la música o las locuciones de un podcast. Incluso en los sonidos generados por acciones del conductor, como abrir y cerrar las puertas, un Porsche debe cumplir con especificaciones precisas que el equipo de Sadowski se encarga de verificar.
El motor de un Porsche
Y, por supuesto, está el elemento central del sonido Porsche: el motor. “Un motor eléctrico produce naturalmente un zumbido suave. Simplemente es así. Por eso, el sonido del motor del Taycan eléctrico se enriquece artificialmente. Nuestra tarea es asegurar que se logre la sonoridad perfecta de Porsche”.
Lo que los consumidores perciben como parte de la calidad de un vehículo de la marca es el resultado de un proceso extremadamente meticuloso. Sam realiza 2.000 kilómetros de pruebas en carretera cada año para ayudar a detectar ruidos no deseados. “Al correlacionar las vibraciones de los componentes y las interferencias en el interior, podemos identificar claramente las piezas que generan esos ruidos molestos”. Luego, se busca resolver el problema y eliminar los ruidos para que, al final, solo quede un sonido impecable, digno de Porsche.
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Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.