Uno de los peores aspectos de un vehículo grande es que, para tener espacio interior, hay que renunciar a la agilidad de la que hacen gala coches de un tamaño más pequeño. En ciertas situaciones esto puede no ser un problema, pero al moverse por ciudad sí, así que las marcas tienen que buscar soluciones para ello. En el caso de Volkswagen, ha decidido otorgar un eje trasero direccional al nuevo Volkswagen Touareg.
Se trata de una tecnología que ya se ha visto en coches deportivos y que tiene una doble función dependiendo de la velocidad a la que circule el vehículo. En el alemán la cifra mágica son los 37 km/h.
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Por debajo de esa velocidad, las ruedas traseras giran en un ángulo opuesto a las delanteras, acortando virtualmente la distancia entre ejes del coche y permitiendo que mejore su maniobrabilidad. De hecho, el Volkswagen Touareg consigue reducir su radio de giro de 12,19 a 11,19 metros, lo que facilita tareas como aparcar y es útil a la hora de entrar y salir de calles estrechas. Además, la marca lo combina con el Trailer Assist para facilitar las maniobras cuando se lleva un remolque detrás.
Pero si se va a más de 37 km/h el movimiento se invierte, con las ruedas traseras girando en el mismo sentido que las delanteras. ¿Su función? Aumentar de manera virtual esa distancia entre ejes, lo que se traduce en una mayor estabilidad de marcha y una mayor seguridad a la hora de realizar adelantamientos o maniobras evasivas.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.