La Guardia Civil investiga a cuatro personas vinculadas con una multitudinaria concentración ilegal de vehículos que tuvo lugar en noviembre pasado en Lugo: a dos se le atribuyen supuestos delitos contra la seguridad vial por conducción temeraria, y otros dos son los organizadores de la quedada, investigados como cooperadores necesarios.
Esta reunión multitudinaria congregó a unas 400 personas y 200 vehículos en el entorno de una estación de servicio en las inmediaciones de Lugo, y donde se produjeron numerosas maniobras peligrosas para los asistentes.
Como resultado de la operación Brullen, hay cuatro personas de entre 20 y 30 años investigadas por delitos contra la seguridad y por cooperación necesaria. El Código Penal establece para este tipo de delitos, “en los que se manifiesta el desprecio por la vida”, penas de hasta 2 años de prisión y retirada del carné de uno a seis años. Los investigadores detectaron varios vídeos publicados en redes sociales sobre esa concentración.
Para disimular la principal finalidad del evento, la concentración se publicitó como una exposición de vehículos clásicos, pero era una excusa para llevar a cabo una concentración ilegal de vehículos, la mayoría de ellos modificados. Los investigadores detectaron derrapes a escasos centímetros de los asistentes y otros actos “extremadamente peligrosos”.