Redes sociales y animales graciosos es una combinación que suele ser sinónimo de muchas visitas, me gusta y reacciones de todo tipo. Sin embargo, en ocasiones pueden mostrar situaciones que son sancionables. Un caso bastante claro es el del loro que se ha hecho viral en TikTok por utilizar una mascarilla como hamaca en el retrovisor del coche.
Desde que ocurriera la pandemia, es habitual para algunos conductores (aunque cada vez menos) el hecho de utilizar el retrovisor interior del coche para colgar la mascarilla.
En esta ocasión, los dueños del loro protagonista del vídeo explican que cada vez que lo sacan de paseo en el coche, el ave se coloca en la mascarilla y la utiliza a modo de hamaca durante todo el viaje.
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La imagen es curiosa y llama la atención verlo plácidamente tumbado al sol, pero lo cierto es que es una práctica que puede ser motivo de multa.
El motivo figura en el artículo 18.1 del reglamento general de circulación, que dice lo siguiente:
- El conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía. A estos efectos, deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos (artículo 11.2 del texto articulado).
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De esta manera, si un agente de policía interpreta que la mascarilla colgada en el retrovisor, interferir en el campo de visión del conductor, puede multarle con una sanción de 200 euros que no conlleva pérdida de puntos del carné.
En este caso, además, se trata de llevar un animal suelto en el habitáculo, que puede ponerse a volar y molestar al conductor, pudendo llegar a provocar hasta un accidente. Esto podría considerarse como una infracción grave, que estaría sancionada con 200 euros.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.