La trampa del maniquí evoluciona: el truco español ahora se usa para evitar radares

Un conductor decidió saltarse los límites de velocidad usando el disfraz de un conocido personaje de Barrio Sésamo.

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Foto: Policía de Dortmund

Son muchos los conductores que han sucumbido al truco del maniquí para saltarse las restricciones de los carriles Bus-VAO: una técnica que algunos han evolucionado para evitar los radares de velocidad. Ahora, en Alemania han demostrado que están en otro nivel.

¿La razón? El Monstruo de las Galletas, el personaje de Barrio Sésamo, ha sido interceptado incumpliendo los límites de velocidad en una autopista alemana. Lo ha hecho, además, a bordo de un modelo especial: un Audi RS2 familiar.

Puede parecer una noticia irreal, pero hay pruebas de los hechos. El pasado 20 de septiembre, poco después de las nueve de la noche, un radar móvil ubicado en la autopista A45, que une Dortmund y Fráncfort, registró la infracción: un coche circulaba 11 km/h por encima del límite de velocidad.

Cuando se procesaron las imágenes en la jefatura de policía de Dortmund, los agentes se encontraron con el Monstruo de las Galletas al volante. O, mejor dicho, con alguien que se había colocado una máscara del citado personaje para no ser reconocido por las cámaras de los radares e intentar, así, evitar la sanción.

La policía de Dortmund no descarta que la acción fuera provocada. Es decir, que la persona condujera deliberadamente demasiado rápido para ser fotografiada por la cámara de control de velocidad. El coche está registrado a nombre de un hombre de 57 años, natural de Hagen, que, a pesar de su frustrado intento, recibirá su castigo por correo.

La sanción es de 40 euros. No obstante, las autoridades han alertado acerca del peligro que implica esta acción. El disfraz restringe mucho el campo de visión y, por tanto, aumenta considerablemente el riesgo de accidentes. Y las consecuencias de un incidente provocado de esta manera pueden ser mucho más graves que la citada multa.

A bordo de un Audi RS2 Avant

Llama la atención el coche con el que se ha cometido la infracción: un Audi RS2, en su versión familiar. Se fabricaron menos de 3.000 unidades y, actualmente, es uno de los deportivos más cotizados de los años noventa.

Nació de una colaboración entre Porsche (el coche se ensambló en su planta de Zuffenhausen) y Audi y fue el primero que lució las letras RS. Su producción estuvo activa entre 1994 y 1995 y para dar forma al familiar, tomaron como punto de partida el Audi 80 Avant: añadieron, eso sí, un motor de cinco cilindros y 2,2 litros, turboalimentado, que desarrollaba 311 CV. Su pareja era una caja manual de seis velocidades y la guinda era la tracción a las cuatro ruedas.

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Elena Sanz Bartolomé

Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.

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