En España, la DGT puede requerir la identificación del conductor para asegurarse de que la multa llega, efectivamente, a quien corresponde. De lo contrario, un conductor inocente puede recibir una sanción con la que no tiene nada que ver.
Una multa, pasa, pero cientos de ellas se pueden convertir en un problema legal y en una pesadilla para quien las reciba. Sobre todo, cuando es la víctima de una estafa y su identidad ha sido suplantada.
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Quizás este sea el caso más extremo, pero desde luego no es el primero que se escucha este año en Francia. Como han contado distintos medios de comunicación franceses a lo largo del 2024, los casos de conductores que han recibido multas que no les correspondían y, al indagar, se han dado cuenta de que había coches circulando a su nombre sin su conocimiento o autorización.
El afectado es un profesor universitario, de nombre Julien, se enfrenta a unos 300.000 euros en multas por infracciones que no ha cometido y, además, es víctima de un delito de suplantación de identidad. Algunas son por motivos de tráficos, pero otras son por robos
Toda su pesadilla, de la que culpa al Estado francés, empezó en 2018. Como él mismo cuenta a Le Monde, la propia policía le contactó cuando estaba de vacaciones para avisarle de que numerosos vehículos, todos a su nombre, habían cometido varias infracciones de tráfico. En aquel momento, Julien no tenía tan siquiera coche, solo una scooter.
Identidad suplantada: culpa al Estado francés
En ese momento saltó la alarma y, tras investigar, Julien se dio cuenta de habían suplantado su identidad. A su nombre, habían abierto una empresa de compraventa de vehículos y habían registrado con sus datos unos 300 vehículos. Al estar estos en circulación y cometer con ellos las correspondientes infracciones, las multas quedaban asociadas a Julien.
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Esta víctima de un delito de suplantación de identidad acusa al Estado francés, del que ya ha recibido 3.000 euros en concepto de resarcimiento. El sistema de matriculación de vehículos francés (SIV), es un registro público que a lo largo de este año se ha semiprivatizado. Este proceso ha creado fallos telemáticos en el mencionado SIV, por lo que los ciberdelincuentes han encontrado una puerta abierta para perpetrar estas suplantaciones de identidad, un problema que ya afecta a numerosos conductores.
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