La compra de un coche tiene en ocasiones mucho de emocional e incluso de aspiracional. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, la elección se ciñe a parámetros más simples y razonables, buscamos un vehículo que satisfaga nuestras necesidades del mejor modo posible, con fiabilidad y solvencia. Es el concepto de automóvil utilitario que Skoda ha sabido interpretar a la perfección con una propuesta inédita en su gama: el Spaceback.
Posicionado entre el Fabia y el Octavia, este modelo seguramente no despierte pasiones pero sí que cumplirá sobradamente las expectativas de aquéllos que necesiten un coche de dimensiones compactas (ya saben, ni muy pequeño ni muy grande, como la mayoría de los que se venden en el mercado español), con una habitabilidad suficiente incluso para un uso familiar medio, un motor poco bebedor y un comportamiento dinámico que nos convenza.
Su diseño es agradable aunque no es de esos coches que hacen girar la cabeza a su paso. Lo importante es que su carrocería tipo ranchera envuelve un interior bastante amplio en la mayoría de las cotas, destacando las plazas posteriores y un maletero que puede llegar a los 1.500 litros al abatir los asientos traseros.
El ambiente interior es el que define ya desde hace tiempo a los Skoda, con el sello del Grupo Volkswagen. Calidad sin alardes innecesarios, con todo en su sitio pero sin lujos superfluos y más que suficiente en términos de comodidad y, desde luego, seguridad: elevalunas y retrovisores eléctricos, cierre centralizado, aire acondicionado, control de velocidad, dirección asistida, mandos de radio en el volante…
En el apartado mecánico, la versión de pruebas combinaba el motor turbodiésel de 1,6 litros y 90 CV de potencia con un cambio automático DSG de siete relaciones y doble embrague. El resultado es satisfactorio para un producto de su filosofía: las prestaciones no tienen que ser las de un deportivo, obviamente, mientras que el consumo de combustible es realmente ajustado, siendo más que factible obtener promedios de cinco litros a los cien sin esmerarse demasiado en la conducción.
El Spaceback se comporta con corrección en carretera, las suspensiones cumplen con el compromiso entre confort y estabilidad, mientras que la dirección es precisa. Como guinda para un conjunto muy equilibrado, un precio que supera los 21.000 euros pero que con diferentes ayudas puede llegar a quedarse en 16.550.
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