No utilizar el cinturón de seguridad se considera infracción grave y la multa consiguiente es de 200 euros, y hasta el domingo 14 de marzo la DGT comprobará con más intensidad de la normal si los conductores y pasajeros lo llevan o no puesto.
La nueva campaña de vigilancia de Tráfico, en marcha desde el lunes y habitual por estas fechas en cada ejercicio, está aún más justificada esta vez por el crecimiento preocupante de algunos datos recogidos en 2020.
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En el primer año de la pandemia se redujeron los movimientos en carretera y la siniestralidad vial, pero aumentó el porcentaje de fallecidos que no tenían puesto el cinturón de seguridad en el momento del accidente, según cifras oficiales: del 22% de 2019 al 26% del año pasado.
El número se disparó hasta el 36% durante el primer estado de alarma (del 15 de marzo al 20 de junio), periodo en el que 21 personas de las 58 fallecidas viajaban sin la sujeción obligatoria.
Y no solo eso: la DGT subraya que “casi 2.900 conductores fueron denunciados en dos o más ocasiones” en 2020 por no utilizar al volante el dispositivo de seguridad. El número exacto de reincidentes fue de 2.883, muy similar al de ejercicios anteriores a pesar de que los desplazamientos se redujeron un 25% por las las restricciones de movilidad.
Por razones como estas, los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil –y las policías locales y autonómicas que se sumen a la campaña– han aumentado la vigilancia tanto del uso del cinturón de seguridad como de los sistemas de retención infantil.
También participan en esta labor los helicópteros y drones de la DGT, a lo que se añade el control automatizado de 225 cámaras instaladas en autovías, autopistas y carreteras secundarias.
Por qué la reincidencia
Además de la cantidad de vidas que el cinturón de seguridad salva cada día (la DGT menciona “informes que hablan de más de un millón desde su implantación en 1958”), también reduce de manera muy significativa la producción de lesiones y su gravedad. Tráfico resume así las diez razones para utilizarlo.
- Reduce a la mitad el riesgo de muerte en caso de accidente.
- Protege de salir despedido del habitáculo, así como de impactar contra el parabrisas u otros elementos del vehículo.
- En casco urbano, la posibilidad de resultar herido grave o muerto es cinco veces menor si se lleva puesto.
- En una colisión frontal en un vehículo que circula a 80 km/h o más, si no se usa el cinturón el resultado más probable será la muerte (o lesiones graves).
- Tiene máxima efectividad en los vuelcos, en los que se reduce un 77% el riesgo de muerte.
- Los ocupantes de un vehículo se desplazan a igual velocidad que dicho vehículo; en caso de frenada brusca, el vehículo se detiene pero los ocupantes se desplazan. Una colisión a 50km/h equivale a caer de un segundo piso.
- Funciona de forma complementaria con el airbag, ya que este dispositivo por sí solo no es eficaz.
- En un impacto frontal, la probabilidad de que un pasajero de atrás golpee mortalmente a otro de los de delante puede ser hasta ocho veces mayor si no se utiliza el cinturón de seguridad.
- Sin el dispositivo de retención, a 80 km/h los pasajeros de atrás son proyectados con una fuerza equivalente al golpe de una bola de 1.200 kg a 10 km/h, lo que podría matar o lesionar gravemente a los ocupantes de los asientos delanteros.
- No usarlo es un factor de riesgo en la producción de lesiones, junto con la velocidad inadecuada y la conducción bajo los efectos del alcohol.
Aun a sabiendas de que se trata de un dispositivo que salva vidas, ¿por qué una minoría sigue sin utilizarlo? La propia DGT recurre al Consejo General de la Psicología para ofrecer una respuesta. La división de Tráfico y Seguridad de este organismo considera que “detrás de esos conductores que incumplen de forma sistemática la norma hay una percepción errónea o disminuida de la realidad, una falta de conciencia sobre la vulnerabilidad y fragilidad ante un accidente”.
Por otra parte, en estos conductores confluyen rasgos como “sobrevalorar sus capacidades al volante, un rechazo generalizado a las normas o ver únicamente la parte punitiva de no llevarlo” y, en consecuencia, pensar que a ellos no van a sorprenderlos en falta.
No solo se arriesgan los automovilistas, como muestra otro dato de la DGT: durante el periodo 2017-2019, “el 25% de los fallecidos en turismos no usaba el cinturón de seguridad en carretera” y, peor aún, el porcentaje alcanzó el 31% en el caso las muertes de los pasajeros de los asientos traseros.
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