Nunca viene mal mejorar las aptitudes al volante, así que si te has planteado hacer un curso de conducción en circuito, el programa Escuela R de Volkswagen Driving Experience es una opción interesante. Nosotros lo hemos comprobado.
La marca alemana sigue apostando por los cursos de conducción a través de sus programas Escuela R y Escuela 4Motion. La primera está orientada a una mejora de las capacidades sobre asfalto, y para lograrlo se utilizan los modelos más deportivos de la marca. La segunda está más enfocada a la práctica off-road, conducción fuera de la carretera o en condiciones invernales; en este caso los vehículos disponibles son los todoterrenos con tracción 4Motion.
La Escuela R consta de tres niveles.
– Junior, que se presenta como novedad este año y está pensada para conductores noveles que han pasado hace poco por la autoescuela y quieren mejorar lo aprendido allí.
– Intensive, para pilotos con más experiencia, que desean mejorar sus aptitudes y ganar seguridad y control en la conducción.
– Advance, para los que tienen un nivel alto o ya han realizado el curso Intensive y quieren perfeccionar aún más su técnica.
Todos los cursos están dirigidos por instructores muy experimentados con una larga trayectoria en el mundo del motor e incluso en la competición, entre los que destaca Luis Moya, embajador de los cursos. El que nosotros probamos se desarrolló en el espectacular Circuito Ascari, en Ronda (Málaga), una de las tres sedes disponibles (junto al Jarama y Montmeló).
Poner los pies en esta pista, en un entorno natural y con una gran variedad de curvas supone un auténtico placer. La introducción al curso es un detallado briefing sobre las actividades a realizar y la seguridad al volante, y enseguida se pasa a la acción. Las actividades van de menor a mayor intensidad, empezando por la toma de contacto con los coches en ejercicios simples y terminando con varias vueltas a la pista para poner en práctica los conocimientos aprendidos.
Los primeros ejercicios van enfocados a áreas muy concretas. Así, se comienza en un pequeño circuito de conos muy ratonero, que los monitores denominan ‘Mickey Mouse’, a los mandos de un Polo GTI, el vehículo más apropiado para completarlo con la máxima agilidad posible. El coche ofrece un manejo muy preciso y entra en las curvas y los eslalon con gran facilidad.
Después se pasa a practicar la llamada ‘frenada regresiva’ y la frenada en recto. Para ésta se acelera hasta 140 km/h y se frena al máximo hasta detener completamente el vehículo. Cabe destacar la importancia de apretar el pedal en el punto exacto y a fondo para poder parar el coche en el espacio apropiado.
La última prueba va enfocada a concienciar a los participantes sobre el abuso de alcohol y drogas al volante y el riesgo de conducir estando cansado. Para comprobar los riesgos reales se utilizan unas gafas que simulan los efectos de haber consumido distintas sustancias y se pasa a abordar un pequeño circuito de conos. El resultado sorprende porque se hace muy difícil llevar el coche por donde debe ir. Aunque las risas están aseguradas, sirve para tomar conciencia de la gravedad de conducir en estas condiciones y también del peligro que supone para uno mismo y para todos los que nos acompañan en la carretera.
El plato fuerte se hace esperar, pero llega al final: rodar en el circuito. ¡Y nada menos que al volante de un Golf R Variant (también hay Sciroccos R disponibles)!
Con el instructor al lado se afronta el primer giro, una vuelta que permite al profesor evaluar el nivel de su alumno y a éste, familiarizarse un poco con el trazado. El instructor actúa como guía y va indicando como tomar cada curva, el punto exacto para frenar y cuando se puede empezar a acelerar a fondo. A partir de aquí el trabajo se centra en mejorar. Algunos de los participantes han practicado en videojuegos para conocer el circuito antes de empezar, una buena idea. Pero al margen del punto de partida, a medida que pasan las vueltas y se van conociendo las curvas, se van corrigiendo los vicios y optimizando los resultados. Lamentablemente todo tiene principio y fin, y éste llega muchísimo antes de lo que deseado.
Tras terminar la prueba los participantes se reúnen para la entrega de diplomas. Los instructores que han acompañado a los alumnos durante los ejercicios explican a cada uno los fallos y la evolución a lo largo del día. Junto con el diploma, Volkswagen hace entrega de una memoria USB con un vídeo de las vueltas en circuito grabado desde las cámaras que incorporan los vehículos.
La información sobre las fechas y cursos que se van a realizar se puede encontrar en los concesionarios de la marca y en su página web. Los precios van desde 90 hasta 300 euros según la temática del curso y el nivel del mismo. Además los propietarios de un Volkswagen tienen descuentos especiales para recompensar su fidelidad a la marca.
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