El apetito puede llegar a ser insaciable. Hay quien quiere más y más siempre, y en este grupo está Audi. No entraremos en el sinsentido que tiene crear un todocamino deportivo, ya que se venden bien y demás; pero ya que lo han creado, no para de intentar añadirle un plus de potencia en cuanto pueden.
Hablamos de su Q3, bueno, de su RS Q3, que ahora estrena versión Performance. No hace falta ser muy espabilado para saber lo que eso significa.
Bajo el capó se encuentra su ya conocido motor 2.5 TFSI, solo que ha optimizado la admisión, la refrigeración y ha ampliado el radiador para entregar 27 CV extra y marchar hasta los 367 totales. El par es de unos más que respetables 465 Nm. El bloque se combina con una caja S Tronic de siete marchas que se ha modificado para la ocasión para conseguir cambios más rápidos. El piloto puede elegir entre usar las levas o emplear los modos D y S. Y, como no podía ser de otra manera, cuenta con tracción integral quattro.
Hasta ahí las tres pinceladas principales a nivel mecánico, pero hay más. La suspensión se ha rebajado de serie en 20 mm y es más, además de manera opcional están disponibles amortiguadores regulables y el sistema Audi drive select. En el sistema de escape un mariposa actua para modificar el sonido y para los que se preocupan por el consumo (si es que a alguien que se compra un bicho así le importa), cuenta con sistema de frenada regenerativa y start-stop.
Vale, no lo retrasamos más, ahí van sus prestaciones. En la aceleración 0-100 marca un tiempo de 4,4 segundos, cuatro décimas menos que el RS Q3 “normal”; y alcanza una velocidad máxima de 270 km/h, 20 más que el otro, limitado electrónicamente. En cuanto a eficiencia, homologa 8,4 l/100 km y 198 g/km de CO2.
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