Si un conductor está en una lista de morosos, ¿puede comprar un coche?

A la hora de comprar un coche, no todo el mundo tiene la posibilidad de realizar el pago al contando: la mayoría de los conductores recurren a la financiación, a través de la propia marca o de un banco. ¿Qué ocurre cuando el comprador está en una lista de morosos?

Si la adquisición se hace entre particulares, lo normal es que el vendedor no pida ninguna prueba porque el pago suele hacerse en una sola cuota: al contado o mediante transferencia. Hasta que no recibe la cifra pactada, no se procede a rematar la operación con el cambio de titularidad.

Las cosas cambian cuando el comprador tiene que pedir un préstamo para comprar ese coche o cuando el propietario del vehículo (nuevo o de segunda mano) es un profesional y pretende acogerse al plan de financiación que le ofrece. Lo lógico es que investiguen la viabilidad económica del conductor: si forma parte de una lista de morosos, llegarán los problemas.

Las listas de morosos

Existen varias listas de morosos en España: la más famosa es la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito (ASNEF). También son conocidas el Registro de Aceptaciones Impagadas (RAI), el Fichero de Incidencias Judiciales (FIJ), Badexcug, CIRBE, Equifax o Experian.

Para que una empresa incluya a una persona en una de estas listas no es necesario que la deuda sea grande: debe, eso sí, avisarle con un mes de antelación. Para salir de ella basta con pagar lo que debe y en un plazo de 10 días, los datos desaparecerán: si no es así, se puede poner una reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos.

Si un conductor forma parte de una lista de morosos, casi ningún banco dará luz verde a un préstamo para comprar el coche: consideran que es un riesgo y que existe una elevada posibilidad de que no pueda hacer frente a las mensualidades.

¿Cómo comprar un coche estando en una lista de morosos?

En caso de figurar en una lista de morosos, se puede financiar la compra de un coche uniendo varios préstamos pequeños. Eso sí, es posible que soliciten un aval y que los intereses sean más elevados de lo normal.

Hay empresas privadas, como las propias marcas, que, en ocasiones, pueden financiar la operación siempre que se cumplan una serie de condiciones:

• Contar con un aval (que muchas veces tiene que ser un inmueble).
• Pagar entre el 15 y el 20% del valor inicial del coche.
• Intereses altos.
• Aceptar una cláusula de reserva de dominio.
• Contratar el seguro con la compañía que ellos elijan.

A esto hay que añadir la correspondiente justificación de contar con ingresos periódicos como, por ejemplo, la nómina. Y si nada de esto convencen al conductor, puede recurrir a fórmulas de movilidad como el renting o el leasing que no implican tener en propiedad un vehículo.