¿Cómo se puede saber la edad exacta de los neumáticos de un coche?

Conducir con unos neumáticos viejos no es ilegal y, mientras la banda de rodadura supere el mínimo legal, no supondrá un fallo en la ITV. No obstante, la edad de las ruedas es un factor fundamental en la seguridad del coche: ¿cómo saber cuántos años tienen?

Lo cierto es que para responder a esta pregunta no es necesario ser un experto o tener conocimientos mecánicos. Los neumáticos integran un método para conocer su edad. Basta con saber leer las inscripciones de sus flancos.

Esas cifras y letras que están grabadas en todas las ruedas representan su carnet de identidad. Interpretándolas es posible adivinar las dimensiones de la goma, el índice de carga, la velocidad máxima que admite… y también la edad.

Mes y año de fabricación

Este dato reside en una serie de números, que suelen ser más pequeños que el resto. Ellos son los encargados de explicar dónde se han fabricado, el centro de producción, la dimensión del neumático y, como cierre, la semana y el año.

Este último código está formado por cuatro números: los dos primeros corresponden a la semana y los dos siguientes al año en el que se fabricó el neumático. Por ejemplo, si aparece 2320 quiere decir que se produjeron en la semana 23 del año 2020.

¿Los neumáticos caducan?

Hay que tener en cuenta que los neumáticos no caducan, pero sí envejecen. Cuando ocurre esto, tienen menos agarre y corren un mayor riesgo tanto de agrietarse como de abultarse. Algo que, en muchos casos, se traduce en un reventón.

Según la Asociación Nacional de Distribuidores e Importadores de Neumáticos (ADINE), las ruedas mantendrán un rendimiento óptimo sin fecha límite de uso si se almacenan siguiendo las normas de la Asociación Europea de Fabricantes de Neumáticos y Caucho:

• Lejos de la humedad y las temperaturas extremas.
• Ventilados.
• Bajo una luz artificial débil.

¿Cuánto duran los neumáticos?

Las cosas cambian si los neumáticos han estado puestos en un coche. Normalmente, el ciclo de vida puede superar los 40.000 kilómetros, aunque, por norma general, hay que evitar los que tengan más de diez años de uso, aunque apenas se hayan rodado. Con el paso del tiempo, la exposición al sol y a diversas condiciones meteorológicas estropean la goma, al igual que el propio peso del vehículo.

En cualquier caso, la Dirección General de Tráfico (DGT) aconseja sustituirlos cuando los surcos de la banda de rodadura estén por debajo de los tres milímetros de profundidad y, sobre todo, cuando alcancen el límite legal para circular: 1,6 mm.