Engañar a los sistemas semiautónomos es una práctica cada vez más común entre los conductores

Dos estudios del IIHS demuestran que los usuarios se acostumbran a las funciones de control y encuentran maneras de burlarlas.

Coches autónomos
Los conductores no tienen deseos de coches completamente autónomos.

Entre los conductores hay confusión cuando se habla de coches autónomos. Entre el público general no hay conocimiento sobre los distintos niveles de autonomía, lo que suele derivar en que los usuarios sobreestimen las capacidades del vehículo. Es más, recientes estudios del Insurance Institute for Highway Safety (IIHS) demuestran que engañar a los sistemas de control es algo muy habitual.

En los sistemas de conducción semiautónoma actuales, que están bastante extendidos entre los coches nuevos, todavía es necesario que el conductor esté atento a lo que ocurre en la carretera para que, en caso de imprevisto, pueda actuar rápidamente y tomar el control del automóvil.

Para que esto sea así, los vehículos cuentan con sistemas que monitorizan la atención del usuario, detectan cuando no se la está prestando a la conducción y le avisan para que vuelva a centrase en lo que debe.

Sin embargo, parece que los conductores se adaptan rápido a las exigencias de los mismos y a sus tiempos, para poder dedicarse a otras cosas sin que lleguen a saltar los avisos, burlando la medida de seguridad.

Los dos estudios llevados a cabo por el IIHS han tenido como protagonistas el Pilot Assist de Volvo y el Autopilot de Tesla. En ambos casos la conclusión es la misma, según explica el presidente del IIHS, David Harkey: “Estos resultados son un buen recordatorio de la forma en que aprende la gente. Si los entrenas para que piensen que prestar atención significa mover el volante cada pocos segundos, eso es exactamente lo que harán”.

Los conductores se adaptan

Tanto en uno como en otro estudio, los conductores aprendieron de manera progresiva qué es lo que les exigía el sistema para demostrar que estaban prestando atención (mantener las manos en el volante o mirar a la carretera, por ejemplo) y cuánto tiempo podían no hacerlo sin que el sistema les llamara la atención.

“En ambos estudios, los conductores adaptaron su comportamiento para realizar actividades que les distraigan. Esto demuestra por qué los sistemas de automatización parcial necesitan salvaguardias más sólidas para evitar el uso indebido”, señala Harkey.

En todos los grupos de personas evaluados, se vio la misma tendencia a realizar actividades que no deberían realizarse, tales como utilizar el teléfono móvil o comer. Además, el número de usuarios que las llevaban a cabo era mucho mayor que los que lo hacían en vehículos que no disponían de sistemas de conducción semiautónoma.

A lo largo del estudio, el porcentaje de tiempo que estaban distraídos al volante fue incrementándose hasta alcanzar el 30%, lo que constituye una situación peligrosa.

Alexandra Mueller, autora principal del estudio e investigadora científica senior del IIHS, explica: “Estos resultados muestran que los recordatorios de atención multimodales y en aumento son muy efectivos para lograr que los conductores cambien su comportamiento. Sin embargo, se necesitan mejores salvaguardas para garantizar que el cambio de comportamiento realmente se traduzca en una conducción más atenta”.

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