Los cursos de conducción segura y eficiente, recogidos en la ley de tráfico desde 2022, están a un par de pasos de hacerse realidad. “Buscamos que las empresas envíen a sus trabajadores cada cinco años a hacer estos cursos de actualización de conocimientos porque todo está cambiando. La normativa, las señales, los ADAS… Es bueno tener una herramienta que permita actualizar los conocimientos de los conductores”, ha asegurado esta mañana en el Senado el director general de Tráfico, Pere Navarro.
En la apertura del V Foro Compromiso por la Educación Vial, celebrado hoy en el Senado, el director del organismo ha anunciado que la normativa que regula esta formación (diseñada para actualizar conocimientos y, como premio, para recuperar dos puntos en el carnet de conducir) está pendiente de su envío al Consejo de Estado para su posterior aprobación. No será inminente, pero tampoco tardará en llegar.
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Navarro, no obstante, ha resaltado la importancia de la educación vial desde los primeros años de la infancia. “La seguridad vial descansa en dos pilares, la educación y la vigilancia. Si solo haces formación, no va a funcionar. Y si únicamente te centras en la vigilancia y el control, vas a encontrar el rechazo de la sociedad”, ha explicado el director de Tráfico. “Esto de los accidentes de tráfico es demasiado importante como para dejarlo solo en manos del Gobierno”, ha añadido.
Educación vial en los colegios
Hace 30 años, la Dirección General de Tráfico (DGT) solicitó por primera vez que la educación vial tuviera presencia en todas las etapas educativas, petición que cristalizó en los reales decretos de la última reforma educativa, aprobada en 2022. Desde entonces, la formación vial ha adquirido más protagonismo en los colegios e institutos porque los contenidos sobre “movilidad segura, saludable y sostenible”, según establecen los textos legales en sus fundamentos son obligatorios.
La educación vial no se imparte como una asignatura independiente, pero tiene presencia en unas cuantas, especialmente en Educación Física, sobre todo en Primaria, donde los conocimientos se aplican con más facilidad y de un modo práctico: del aula a la bici. En Conocimiento del Medio, los alumnos estudian las “normas básicas en los desplazamientos como peatones” y, en los últimos cursos, las “normas de circulación, señales y marcas viales”.
En Secundaria, se profundiza en el respeto a las normas viales y los alumnos recibirán las primeras nociones del protocolo PAS frente a los siniestros viales (proteger, avisar, socorrer). En la asignatura de Física y Química, aprenden a “predecir los efectos [de las leyes de Newton] en situaciones cotidianas y de seguridad vial”, dice uno de los textos legales.
Como último paso, a los estudiantes de Bachillerato se les pide una actitud crítica frente a la siniestralidad vial: qué ocurre y por qué, explican desde la DGT.
“Nuestro gran objetivo es que todos los jóvenes, cuando completen su currículo, tengan la formación adecuada sobre aquellas formas de movilidad que no necesitan una formación específica [como peatones y ciclistas fundamentalmente], y que aprendan los valores fundamentales de la seguridad vial. La fortaleza está en los valores: no estamos solos en la carretera y hay unas normas, y si las cumplimos todos ganamos”, ha cerrado Navarro.
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