La llegada de los coches eléctricos está abriendo las puertas a formatos que hasta ahora no eran excesivamente populares. Los conocidos como microcoches, que oficialmente son cuadriciclos ligeros o pesados, nunca han gozado de mucha aceptación, pero combinados con una mecánica de cero emisiones parecen una opción mucho más interesante para las ciudades.
Aprovechando ese nicho de mercado, el fabricante británico Mika acaba de presentar un peculiar prototipo que entra dentro de la categoría L7e y que tiene previsto tener en funcionamiento para el año que viene.
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Todavía no tiene ni nombre oficial, pero ha llamado la atención por su particular diseño, que se sale de lo convencional.
Presenta un frontal muy bajo, que casi se asemeja al propio de un deportivo, con unos minúsculos faros en forma de tres LED individuales, las llantas multiradio doradas apuntan en la misma dirección, pero en la parte trasera todo cambia, pues el techo sitúa su punto álgido antes del eje posterior, y luego da lugar a una zaga alargada que presumiblemente dará cabida a un maletero mayor del habitual en estos vehículos.
El interior, aunque no se ha mostrado, también sigue por el camino de diferenciarse y es que tendrá una configuración de tres plazas, con el conductor en posición central delantera y los acompañantes por detrás. Es un formato muy poco habitual, aunque se ha utilizado en modelos como el mítico McLaren F1.
La compañía destaca que su precio será inferior a 15.000 libras esterlinas, unos 18.000 euros. Sin embargo, no es una tarifa precisamente barata, puesto que no es un coche eléctrico como tal (no rivaliza con el Dacia Spring, por ejemplo), si no que está en la categoría L7e, en la que es un precio incluso alto.
Siendo más caro que otros cuadriciclos eléctricos, ¿cómo piensan hacerse hueco en el mercado? Su creador, Robin Hall, lo tiene claro, según comenta a Autocar: “La seguridad es nuestra arma secreta. Cualquiera puede ver el sentido de ofrecer un vehículo que sea más sencillo y ligero que otros coches pequeños, pero hacerlo más peligroso como consecuencia no es aceptable”.
Hasta 257 kilómetros de autonomía
Además, respecto a cuadriciclos ligeros como el Citroën Ami, que tienen las limitaciones propias de un ciclomotor (45 km/h de velocidad máxima y prohibido entrar en autovías y autopistas), su categoría le permite montar dos motores traseros que desarrollan 20 CV de potencia continua, con picos de 40 CV, pudiendo alcanzar 90 km/h de punta.
Su batería base tiene 16 kWh y le permite rodar durante 128 kilómetros, pero es posible duplicarla y alcanzar una autonomía máxima de 257 kilómetros.
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