Ir por la vida aparentando suele estar mal visto, pero no siempre tiene que ser así. Desde hace un tiempo las marcas de automóviles se han dado cuenta de que a muchos de sus clientes potenciales les gustaría tener un toque deportivo en sus vehículos, pero no pueden (o no quieren) tener que alimentar un motor ‘gordo’. Por eso ofrecen paquetes de corte dinámico, y en Volkswagen se llaman R-Line.
El que ahora lo estrena es el Volkswagen Golf, que en su eterna puesta al día (hemos visto la actualización general, la del GTI, la del e-Golf y la del Golf R) ahora tiene un guiño con ese nicho de usuarios.
La marca alemana ofrece dos opciones a sus clientes. La básica solo incorpora modificaciones mediante un kit de carrocería (paragolpes, faldones, alerón); la segunda, más completa, suma a lo anterior llantas específicas, asientos deportivos, pedales de aluminio, un nuevo volante e incluso el logo ‘R-Line’ en el sistema de infoentretenimiento.
Lo mejor es que ambos paquetes se pueden combinar con todos los motores de la gama, así como con la versión Variant.
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