Cuánto te cuestan los coches más populares si te decantas por el ‘renting’

El renting se está convirtiendo cada vez más en una magnífica alternativa para hacerse con un coche. Ya no solo para empresas como venía siendo habitual hasta ahora, sino también para particulares y autónomos. El año pasado la flota de vehículos bajo esta modalidad de contratación aumentó un 8,68% en España, hasta las 486.486 unidades debido a la recuperación económica y al hecho de que las corporaciones están renovando y ampliando sus flotas.

Las 10 marcas más deseadas por estos clientes fueron Renault, Volkswagen, Peugeot, Ford, Opel, BMW y Audi, seguidas de Nissan, Citroën y Seat. Todas ellas elevaron sus ventas bajo el sistema de alquiler a largo plazo, si bien algunas las dispararon hasta porcentajes superiores al 30%. Es lo que ocurrió en Citroën (que colocó un 37% más de vehículos en las flotas de empresas que en 2015), en Peugeot (31%) y en BMW y Nissan (que se apuntaron un alza del 30%).

Las marcas populares son las que más abundan en el mercado del renting, si bien es notable la presencia de insignias como BMW y Audi, lo que explica que la compra de automóviles para ejecutivos sigue también muy activa. Dentro de las enseñas asequibles, los modelos más vendidos han sido versiones básicas. En ­Renault, la empresa líder del mercado de renting, los vehícu­los con mayor aceptación son el Mégane, un utilitario medio, y la furgoneta Kangoo.

UTILITARIOS PEQUEÑOS

En el caso de Volkswagen, la segunda marca más vendida, los modelos más solicitados fueron el Golf y el Passat. Peugeot, la tercera, tiene también entre las favoritas de los conductores la furgoneta de trabajo Partner y el utilitario Peugeot 308. Lo mismo pasa con Ford, con su Transit y el Focus como las versiones más deseadas entre quienes utilizan este alquiler a largo plazo. Opel, la quinta marca, tiene dos modelos en la lista de los más vendidos: el Astra y el Insignia.

Como puede apreciarse, se trata de versiones de precios ajustados, que resultan muy interesantes de adquirir en renting, pues la mayoría cuesta entre 250 y 350 euros mensuales, un precio muy competitivo, puesto que incluye no solo el vehículo propiamente dicho, sino todos los servicios habitualmente disponibles bajo este sistema, desde los impuestos al mantenimiento o los neumáticos, pasando por los seguros, la reparación de averías o la gestión de multas.

Hemos hecho una comparativa entre las cinco marcas más deseadas y sus dos coches estrella. Tres de las principales compañías de renting (Arval, Alphabet y LeasePlan) nos han facilitado sus presupuestos para contratarlos por un periodo de 48 meses, en el caso de las dos primeras, y de 60 meses, en el de la última. Arval y Alphabet coinciden en los kilometrajes de los vehículos presupuestados (60.000 kilómetros), en tanto que LeasePlan establece el suyo en 75.000 kilómetros.

Los automóviles que salen más baratos son el Peugeot Partner, que Arval ofrece apenas por 285 euros al mes, o el Ford Focus, que comercializa por esa misma mensualidad. Para Alphabet los más económicos son el Renault Mégane, por 273 euros, o el Volks­wagen Golf, que cuesta 276 euros al mes, cantidades semejantes a la del Renault Kangoo (282 euros) o el Peugeot 308 (271 euros). En el caso de LeasePlan, una de sus ofertas más asequibles es la del Ford Transit: 268 euros mensuales.

Entre los coches estrella del renting con costes más elevados figuran el Volkswagen Passat, que Arval presupuesta en 429 euros mensuales y en Alphabet no baja de 379. También es el más costoso en LeasePlan, donde vale 416 euros. O el Opel Astra, que sale por 325 euros en Arval y por 348 euros mensuales en Alphabet.

GRAN VARIEDAD

Un hecho aparentemente curioso es que los precios varían bastante según la operadora que elijamos. En algunos modelos las diferencias son muy grandes. Por ejemplo, el Renault Mégane cuesta 329 euros al mes en Arval, 273 en Alphabet y 369 en LeasePlan. El Opel Insignia se contrata por 309 euros en Arval, por 345 en LeasePlan y 381 en Alphabet. El Volkswagen Golf se vende por 276 euros en Alphabet y por 345 euros en Arval. También el Peugeot Partner está en 271 euros mensuales en Alphabet y por 361 en LeasePlan.

Estas diferencias se deben a que las operadoras de renting tienen un número limitado de versiones, con lo que estamos comparando modelos a veces de versiones distintas, con diferentes motorizaciones, número de puertas y prestaciones variadas. Esto por no hablar de que no todas las compañías ofrecen el mismo nivel de servicios, lo que influye igualmente en las tarifas.

Lo que sí es evidente es que el renting se ha vuelto muy competitivo. Sus precios resisten ahora la comparación con la compra convencional, y a veces, si tenemos en cuenta la gama de servicios y prestaciones que lleva aparejado el contrato, saldría incluso más barato. ¿Dónde está el secreto? En parte, en los mejores precios conseguidos por estas compañías de renting (que contratan en plan mayorista). Pero fundamentalmente por el hecho –que a veces se olvida– de que la operadora volverá a colocar el coche en el mercado de ocasión por su valor residual, que es deducido inicialmente del precio del vehículo. Y ahí es donde está la diferencia.

Si uno va a adquirir un coche por el sistema convencional, tendrá que pagar su valor íntegro en el momento de la compra. Y financiarlo en consecuencia. “Los clientes del renting, sin embargo”, explican en Northgate, “únicamente pagan por el vehículo que utilizan y solo durante el tiempo que lo necesitan, llegando a un ahorro gracias a la ausencia de la depreciación del valor del automóvil”.

OTRAS VENTAJAS

El precio es, lógicamente, el elemento crítico, el gran argumento de venta. Pero no el único. El renting ofrece una amplia panoplia de ventajas, que según ALD Automotive, que gestiona 55.000 vehículos en España bajo esta modalidad de contratación, se resumirían en “la ausencia de riesgos económicos y operativos, reducción de costes, que no es necesario realizar un desembolso inicial para empezar a disfrutar de los servicios”. Arval, que gestiona 72.000 vehículos, añade que el modelo es interesante porque “incluye todos los gastos asociados al uso y mantenimiento del vehícu­lo, exime al cliente de gastos imprevistos y puede ser deducible fiscalmente (para empresas y autónomos)”.

La actividad ha ido mejorando paulatinamente su menú de servicios en los últimos años. En la actualidad, las prestaciones que ofrece a sus clientes son “el mantenimiento, la sustitución de neumáticos, el seguro a todo riesgo, la asistencia en carretera, el pago de impuestos, la gestión de multas, el vehículo de sustitución, el coche de preentrega, la tarjeta de combustible, el seguimiento de reparaciones, servicio de recogida y entrega del automóvil, seguro especial para el conductor de 30.000 euros, asistencia sanitaria ilimitada para el piloto y hasta una escuela de conducción”, desgrana Alphabet, que tiene una flota de 44.000 vehículos en gestión.

“Hay que tener en cuenta que a lo largo de su vida útil un vehículo tiene muchos costes adicionales asociados. La mayoría de ellos derivados del mantenimiento que exige el desgaste del propio coche o furgoneta: neumáticos, aceite, embrague… A estos, que son gastos previsibles, hay que sumar todos los inesperados que pueden producirse durante su utilización. Por ejemplo, por accidentes, reparaciones de averías y asistencia en carretera”, sostienen fuentes de LeasePlan.

Las operadoras, además, han incrementado notablemente la flexibilidad de su oferta para adecuarse a las necesidades de sus clientes. Ofrecen planes flexibles que permiten recorrer los kilómetros precisos por una cuota fija y devolver el vehículo cuando ya no se necesite. También incluyen constantemente nuevas prestaciones, como la gestión de multas o la pérdida de puntos por parte del conductor.

O servicios de localización de asistencia en carretera a través del teléfono móvil. O soluciones de carsharing corporativo, con las cuales el vehículo es asignado no a un usuario específico, sino a distintos conductores, en función de las necesidades de movilidad de cada momento. Todo indica, pues, que el renting tiene todas las cartas para convertirse en el sistema habitual de adquisición de vehículos en un tiempo no muy lejano. Además, porque coincide con las modernas tendencias del mercado, más centradas en pagar por el uso que por la propiedad.