Pensar que todos los neumáticos son iguales supone un error bastante frecuente entre los automovilistas. Tanto como peligroso. Las cualidades que puede aportar un producto de calidad contrastada resultan determinantes en términos de rendimiento, eficiencia y, por supuesto, seguridad. Todos son parecidos, redondos y negros, sin embargo la tecnología de marcas de prestigio les permite ofrecer unas prestaciones inimaginables en otras menos reconocidas.
Son muchas las ventajas de neumáticos como los que ofrece Hankook, adaptados a las necesidades de conductores exigentes y que justifican con argumentos de consistencia que pueda existir un diferencial de precio respecto a otros de inferiores garantías.
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El comportamiento en distintas condiciones, su degradación, su nivel sonoro o su eficiencia depende directamente de la calidad de la cubierta, así que conviene tener muy en cuenta todo lo que se debe pedir a un producto de primera categoría. Estas son siete virtudes irrenunciables de cualquier buen neumático:
1. Agarre. Un buen neumático debe ofrecer la adherencia necesaria en cualquier tipo de superficie para la que haya sido concebido, tanto por su composición como por el dibujo de la banda de rodadura. En seco o en mojado, incluso en nieve o hielo en el caso de los diseñados para todo tiempo.
2. Rigidez de la carcasa. Una estructura sólida del neumático es esencial para que no sufra deformaciones dinámicas y ayuda a la estabilidad general del vehículo.
3. Frenada. El mismo criterio es aplicable para las frenadas, la capacidad de evacuación del neumático tiene que garantizar la estabilidad y capacidad de detención del vehículo en todos los firmes por los que circule.
4. Duración. Un factor que valora cualquier comprador: cuanto más kilómetros dure un neumático, mejor. Ha existido una evolución contrastable en este sentido, aunque hay que considerar que los milagros no existen y, como cualquier otro componente, tienen una vida útil que se debe respetar.
5. Nivel sonoro. Un buen neumático no debería nunca ser demasiado ruidoso. Es molesto para los ocupantes del coche y también produce una contaminación acústica que perjudica al resto de las personas.
6. Eficiencia. Una baja resistencia a la rodadura repercute directamente en la reducción del consumo de combustible del vehículo. El etiquetado europeo de neumáticos califica la eficiencia de cada producto en una escala que va, en mayor a menor, de las letra A a la G, así que es una referencia a tener en cuenta.
7. Relación calidad-precio. Por supuesto que hay que huir de chollos, porque suelen suponer alguna deficiencia del neumático, bien por su calidad general, antigüedad, conservación origen e incluso de segunda mano o recauchutados. Sobre todo porque entre las marcas de referencia del sector existe una oferta amplia e interesante entre la que elegir el producto que mejor se adapte a cada necesidad, sin tener que pagar por él más dinero del imprescindible. Porque ahorrar en seguridad no parece la mejor de las ideas...