Ya le tocaba un lavado de cara al Renault Megane y la marca francesa ha aprovechado la necesaria actualización estética para reestructurar la gama en cuanto a niveles de equipamiento y a motores.
Los cambios visuales se centran en el frontal, donde adopta la configuración ya vista en el Clio: el logo del rombo de mayor tamaño y en una posición más vertical, ganando protagonismo sobre una calandra negra. También varían las entradas de aire, el paragolpes y los faros, estos últimos ahora más alargados y con tecnología LED para la luz diurna.
Por su parte la gama de acabados se reduce de los cinco niveles que había hasta ahora hasta los tres, denominados Life, GT Style y Bose. El último aprovecha la asociación con el conocido el conocido fabricante para equipar un equipo de audio ‘Energy Efficient Series’ de ocho altavoces, siete canales de ecualización y con amplificador digital. La dotación de serie la completan los retrovisores abatibles eléctricamente, las llantas de aluminio de 17 pulgadas y el navegador TomTom.
La versión de entrada puede montar el bloque gasolina Tce 1.2 115 CV Energy, que incluye sistema Stop&Start y sistema ESM de recuperación de energía. Gracias a ellos tiene unas emisiones de CO2 de 119g/km y está exento del pago del impuesto de matriculación.
El motor dCi 1.5 aumenta su potencia en 5 CV y su par máximo en 40 Nm, va asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades y homologa un consumo de 4,1 l/100 km en ciclo mixto y unas emisiones de CO2 de 106 g/km. Para el motor TCe 130 CV se ofrece también la caja automática de doble embrague “Efficient Dual Clutch”.
Los precios del Megane berlina van de los 18.350 a los 25.100 euros, los de la versión Sport Tourer de los 19.750 a los 26.500, el Coupé tiene una horquilla de precios de 20.150 a 25.750 euros y por último, la variante RS cuesta 31.500.
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