Ocho años han pasado desde que Audi lanzó su primer SUV, el Q7, un todocamino premium que abrió una nueva vía dentro de la marca y al que siguieron los “pequeños” Q5 y Q3. Siendo uno de los pioneros de un segmento que cada vez tiene más representantes, sus ligeros restylings no quitan que el 2006 quede muy lejos, por lo que la marca de los cuatro aros se ha decidido a lanzar la segunda generación del modelo.
Emplea la plataforma modular MLB del fabricante y presenta tanto un tamaño como un peso inferiores a los de su predecesor. Mide 5.050 mm de largo (37 mm menos), 1.970 mm de ancho (15 mm menos) y 1.740 mm de alto, mientras que marca sobre la báscula 1.995 kg (en su versión con motor TDI 3.0), lo que supone una rebaja de 325 kg respecto al Q7 original.
Ese ‘volumen contenido’ tiene su reflejo en la imagen del modelo que, comparado con la primera generación, pierde contundencia y adquiere unas líneas de diseño que parecen más genéricas. En el frontal la gran y alta parrilla deja paso a una más baja de corte hexagonal, mientras que los faros también tienen una posición más baja. En el lateral los pasos de rueda son menos musculosos y la caída del techo es más pronunciada, dando un perfil que se asemeja a las versiones Avant de las berlinas de las casa.
A pesar de sus dimensiones inferiores, Audi ha repartido mejor el espacio interior. Sigue pudiendo elegirse entre configuraciones de cinco plazas o siete con tres filas de asientos, pero en el segundo caso se ha mejorado en 21 mm el espacio entras las dos primeras y la distancia al techo aumenta en 41 mm en la primera y en 23 en la segunda. La capacidad del maletero es de 295 litros, que se incrementa hasta 890 litros al plegar los últimos asientos y se sitúa en 2.075 si hacemos lo propio con la segunda.
El habitáculo se puede elegir conforme a dos temas, uno más sobrio y otro deportivo, con varios tipos de cuero, telas y Alcantara disponibles para la tapicería, los paneles de las puertas, el volante y el salpicadero. Según los distintos niveles de equipamiento el coche equipa asientos normales, calefactados, etc; de serie todos montan un cuadro de instrumentos formado por una pantalla a color de siete pulgadas y dos esferas, pero opcionalmente se pueden sustituir por uno totalmente digital de 12,3 pulgadas. Pasando a la consola central, las opciones son una pantalla TFT de siete pulgadas u otra de 8,3.
La oferta mecánica se compone de cuatro motores de combustión tradicionales y una versión híbrida. Los primeros son: 2.0 TFSI de 252 CV y 370 Nm, 3.0 TFSI V6 de 333 CV y 440 Nm, 3.0 TDI V6 de 218 CV y 500 Nm, y 3.0 TDI V6 de 272 CV y 600 Nm. Todos ellos se asocian a una caja de cambios Tiptronic de ocho marchas y cuentan de serie con un sistema de tracción delantera que se puede sustituir por la quattro como opción.
El Q7 2015 e-tron quattro es un híbrido enchufable con un sistema formado por un motor 3.0 TDI V6 de 258 CV y uno eléctrico de 128 CV, combinados con la transmisión tiptronic de ocho relaciones para mandar los 374 CV y 700 Nm de par totales a las cuatro ruedas. Audi afirma que hace el 0-100 en seis segundos con gasto en ciclo mixto de 1,7 l/100 km.
Todavía se desconocen sus precios para el mercado español.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.