Las limusinas son un tipo de automóvil que siempre ha sido sinónimo de ostentación: por norma general, quien va en ellas, es una personalidad destacada, un famoso o, como mínimo, alguien a quien se le presupone una abultada cuenta bancaria. También habitualmente, se ha tratado de modelos con una línea bastante elegante, caracterizados por el color negro y la sobriedad. Sin embargo, siempre hay quien intenta romper con lo establecido, y el Aznom Palladium es un claro ejemplo de ello.
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Se trata de una suerte de limusina off-road que Aznom ha desarrollado utilizando una base nada común para este tipo de vehículos: la Dodge Ram, la segunda pick-up más popular de Estados Unidos. Esto hace que su morfología no sea la habitual en el sector y que el resultado final sea cuanto menos peculiar.
Es un coche enorme, que supera los seis metros de largo, y cuyo diseño no deja indiferente, ya no solo por su altura, de dos metros, y sus proporciones, muy musculosas, sobre todo en la zaga; si no también por haberse inspirado claramente en Rolls-Royce para conseguir una impronta bastante ostentosa: la parrilla frontal cromada es enorme y está retroiluminada, un listón cromado adorna el capó y el mismo acabado está presente en los marcos de las ventanillas, en la trasera una moldura contrasta con el color de la carrocería y el hecho de que las llantas, de 22 pulgadas, parezcan pequeñas, ayudan a darse cuenta del tamaño del vehículo.
Ahora bien, si en el exterior se ha conseguido disimular con éxito el origen humilde de la camioneta, no se ha conseguido lo mismo en el interior, concretamente en las plazas delanteras. En ellas se aprecia el volante, la consola central y el salpicaderos idénticos a los del Dodge, aunque convenientemente revestidos con un cero bitono nada discreto.
En la zona trasera la cosa cambia, puesto que se ha creado un sofá de dos plazas realmente amplio y en el que los ocupantes pueden disfrutar de dos tablets Microsoft Surface Pro X, de una nevera, del sistema de sonido Harman Kardon, etc.
Para moverlo se ha optado por mantener el motor de serie, un bloque 5.7 V8 HEMI, aunque se le han añadido dos turbos para desarrollar 710 CV y 950 Nm de par máximo. Se asocia a una caja de cambios automática de ocho velocidades y a un sistema de tracción integral, y, pese a alcanzar los 2.650 kilos de peso, es capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos, así como marcar una punta de 210 km/h.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.