BMW inicia en España la comercialización de la segunda generación del X1, su todocamino de tamaño más compacto y que se puede comprar en una horquilla de precios entre los 30.950 y los 44.400 euros. Se trata de un coche completamente nuevo, no una simple actualización, con el objetivo de dar continuidad al éxito de un modelo del que han vendido 730.000 unidades en todo el mundo (26.000 de ellas en España) desde su lanzamiento en 2009. Y lo cierto es que no le faltan argumentos para conseguirlo, como éstas cinco razones principales que nos invitan a comprar el renacido X1:
1. Es mucho más bonito
Para empezar por lo obvio, este X1 es mucho más atractivo que su predecesor, que lógicamente acusaba ya el paso del tiempo. Recuerda en ciertos matices a su hermano mayor el X3 y tiene un aspecto imponente, con un frontal rebosante de personalidad y una silueta muy dinámica. En cuanto a su tamaño, es un pelín más corto (15 milímetros) pero más ancho y más alto, una redimensionamiento que le ha sentado francamente bien.
2. Mayor habitabilidad y maletero
Aunque el nuevo X1 sea algo más pequeño en longitud, el espacio disponible para sus ocupantes en todas sus plazas es superior (ventajas de la nueva plataforma). La primera generación resultaba algo decepcionante en este sentido pero ahora sus limitaciones se han superado sin complejos, disfrutando de un planteamiento más familiar. Destacan las plazas traseras deslizables para adaptarlas a cada necesidad de utilización, mientras que el maletero llega a los 505 litros, que son 85 más que antes (con un máximo de 1.550 litros con las plazas posteriores abatidas, operación que se realiza fácilmente pulsando un simple botón).
3. Un interior mejor acabado
Dicen en BMW que el X1 toma ideas que ya han utilizado en modelos superiores de su gama, como el X5 o el X6. Es cierto que algunos detalles se encuentran inspirados en estos hermanos mayores (como su pantalla multifunción integrada en el salpicadero), pero lo más llamativo en el habitáculo es que la calidad percibida va un paso más allá. Los acabados son intachables y el equipamiento (que varía dependiendo de las versiones, claro está) se antoja muy completo y más convincente que en la generación precedente, más acorde con un producto que se presenta como premium aunque se encuentre en el escalón inferior de la marca.
4. Nuevos motores de tres y cuatro cilindros
Ingeniería de vanguardia y prestaciones sin renunciar a la eficiencia. Una combinación de cualidades que BMW siempre persigue y que en el caso del X1 se concreta en una oferta de motores de gasolina (dos) y gasóleo (cuatro) con los habituales de cuatro cilindros y la novedad de los tricilíndricos. El abanico de potencias oscila entre los 116 y 231 CV, que se combinan con sistemas de tracción delantera o integral xDrive, así como con el cambio manual de seis marchas o automático de ocho.
5. Todo el dinamismo de un auténtico BMW
Mucho es, por tanto, lo que tiene que ofrecer este nuevo X1. Y dejamos para el final casi lo mejor: que sigue siendo un auténtico BMW. Lo es por su dinamismo y placer de utilización, un todocamino que nos regala sensaciones al volante completamente identificables con la marca, que no renuncia a algunas incursiones fuera del asfalto pero que, sobre todo, nos hará disfrutar mucho en carreteras reviradas. Es así en buena parte por una nueva plataforma más sofisticada y evolucionada, que se complementa con soluciones como la dirección de dureza variable, un diferente esquema de suspensiones o el control dinámico de las mismas como equipamiento opcional. Un comportamiento es la guinda ideal para un X1 que llega siendo mucho más coche en todos los aspectos que el que habíamos conocido hasta ahora.
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