Citroën Cactus M concept, actitud veraniega y aventurera

Nueva variante surfera del original modelo de Citroën enfocada 100% al ocio, ¿seguirá los pasos de su hermano y será un modelo de producción?

Citroën Cactus M concept, actitud veraniega y aventurera

No vamos a ser nosotros los que le digamos a Citroën que este prototipo llega fuera de temporada (aunque sea por poco), pero quizá la vocación surfera y veraniega del nuevo Cactus M concept nos haga más pasable el síndrome post-vacacional.

La marca francesa lo ha definido como “el Méhari del siglo XXI” y queda claro tanto en las trazas como en el concepto que se fusiona con el exitoso Cactus. Partiendo de su base se ha desarrollado un descapotable con cuatro plazas enfocado a puramente al ocio y que tiene en su resistencia uno de sus principales valores.

La carrocería tiene muchas partes de plástico, como las protecciones inferiores, los pasos de rueda y las puertas (que solo son dos, para acceder a las plazas traseras hay que saltar); todas tratadas para resistir al agua y a la sal. El colorido interior, con tapicería de neopreno rojo con estampado de flores, sigue esta línea funcional, pudiendo plegarse los asientos para hacer tumbonas, desmontar el techo para usarlo como tienda de campaña y, además, se puede lavar a base de manguerazos porque el habitáculo tiene dos agujeros de drenaje.

El marco del parabrisas actúa junto al pilar C para permitir trasportar objetos grandes, principalmente tablas de surf, para seguir con el leitmotiv del prototipo.

Aunque no sea relevante, cuenta con la motorización PureTech 110 S&S EAT6, pero lo que sí importa es que tiene el Grip control, y repartidor de par entre las ruedas que mejora la adherencia.

La cuestión que ronda ahora nuestra cabeza es ¿veremos una versión de producción del Cactus M? Puede parecer un concept que no tenga mucho sentido como modelo de calle, pero algo similar se pensaba del Cactus normal y sus ventas están siendo bastante buenas…

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Mario Herráez

Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.

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