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Las lluvias suelen afectar a la conducción, en tanto que disminuyen la visibilidad y el agarre de los neumáticos al asfalto. Hay casos en los que, cuando son extremas, pueden llegar a llevarse por delante todo lo que encuentran, incluidos los coches.
Este fin de semana, la última DANA dejó unas espectaculares imágenes a su paso por algunas ciudades, entre ellas, Zaragoza. La capital aragonesa vio cómo sus calles se convertían en verdaderos ríos y los coches pasaban flotando.
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Los famosos túneles del tiempo: ¿dónde están y qué sucede cuando los coches los atraviesan? No es la primera que una tormenta deja estas imágenes en Zaragoza. Hay zonas que sufren más las inundaciones y de manera repetida, desde hace algunos años, el nivel del agua ante las lluvias muy intensas provoca graves inconvenientes.
Los medios de comunicación locales han recopilado en diferentes vídeos cómo vivieron los ciudadanos este último fin de semana pasado, literalmente, por agua.
Algunos conductores que se encontraban en sus vehículos en ese momento llegaron a sorprenderse por la cantidad de agua acumulada en las calzadas.
Pero no solo en Zaragoza se han vivido momentos de tensión. En la carretera de Biescas (Huesca), la tormenta también ha dejado imágenes espectaculares.
De igual manera, no solo los coches han sufrido las consecuencias de la lluvia. El servicio ferroviario entre Zaragoza y Teruel tuvo que ser suspendido a causa del desbordamiento del río Huerva. Durante la tarde del sábado, varios trenes sufrieron retrasos y afecciones.
Reclamar los daños de la inundación al seguro
A la hora de reclamar los daños por lluvias o inundaciones al seguro, el conductor tiene que revisar su póliza, ya que muchas compañías no cubren en todos los casos est tipo de fenómenos.
De no estar el vehículo protegido, tocará reclamar la indemnización correspondiente al Consorcio de Compensación de Seguros. El procedimiento se puede realizar online y para solicitar las reclamaciones correspondientes, el afectado tiene que tener una póliza de seguros contratada con una antigüedad de siete días como mínimo. También debe estar al día con los pagos y no tener deudas. Eso sí, tampoco el consorcio se encarga de cubrir todos los daños: por ejemplo, no lo hace si ha sido granizo.
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