Tres años después del lanzamiento de su segunda generación, el Citroën C4 Picasso (y su variante Grand C4 Picasso) se renueva. Su actualización de mitad de ciclo llega para imprimir ligeras variaciones en prácticamente todos los aspectos.
El primero cambio, salta a la vista, es el visual. El familiar estrena frontal, que introduce matices mientras respeta sus característicos grupos ópticos divididos. Los faros traseros tienen efecto 3D y la carrocería estrena tres colores, con posibilidad de sumar un techo bitono en la variante compacta.
En el habitáculo ahora se ofrece la posibilidad de tener cuatro ambientes diferentes y el salpicadero acoge el nuevo sistema de infoentretenimiento 3D Citroën Connect Nav, con pantalla de siete pulgadas. En cuanto a tecnología, se añade el portón trasero de apertura manos libres y asistentes tecnológicos como el reconocimiento de señales de velocidad, el avisador de cambio involuntario de carril, el de ángulo muerto y el Active Safety Brake.
Mantiene su oferta de motores y además la incrementa con la inclusión del PureTech 130 S&S, asociado de serie con la caja automática EAT6. Homologa un consumo de 5,1 l/100 km en ciclo mixto y unas emisiones de 115 g/km de CO2 en la misma situación.
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