Si alguien pensaba que las conversiones extremas de coches civiles en máquinas de guerra eran cosa exclusiva del cine postapocalíptico, la guerra en Ucrania vuelve a desmontar esa idea.
Cerca de Bajmut, unidades de la 114ª Brigada de Defensa Territorial han convertido un BMW Serie 7 E38 en un sistema de lanzamiento múltiple de cohetes improvisado, una solución tan insólita como reveladora del contexto en el que se libra el conflicto.
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El punto de partida no es cualquier coche: el BMW Serie 7 es una berlina de representación de finales de los años noventa, en su día símbolo de lujo, confort y estatus. Hoy, uno de esos sedanes ha cambiado el cuero y la insonorización por tubos de lanzamiento montados en la parte trasera, justo donde antes se abría el maletero. El resultado es un vehículo civil reconvertido en plataforma de ataque indirecto, pensado para disparar y desaparecer.
Pintura de camuflaje
Desde el exterior, las imágenes difundidas en redes sociales muestran un BMW pintado en tonos gris verdosos para camuflarse con el entorno. Sobre la carrocería se instala una estructura metálica con varios tubos colocados en horizontal durante el desplazamiento.
Una vez elegido el punto de disparo, el procedimiento es sencillo y rápido: se despliegan unas patas para estabilizar el conjunto, se orientan manualmente los tubos hacia el cielo y la tripulación se aparta antes de que los cohetes sean lanzados.
La clave de este BMW Serie 7 lanzacohetes no es la precisión ni la protección. No hay blindaje ni sistemas avanzados de puntería. Su ventaja está en la movilidad, el bajo perfil y el factor sorpresa. Frente a la artillería pesada convencional, fácilmente detectable por drones y radares de contrabatería, este tipo de solución permite golpear y cambiar de posición en cuestión de minutos.
En el interior, poco queda ya del refinamiento original del modelo alemán, aunque el contraste sigue siendo llamativo. Un coche diseñado para transportar a ejecutivos ahora sirve como herramienta de apoyo de fuego indirecto. Es un ejemplo claro de cómo, en situaciones extremas, la función termina imponiéndose por completo a la forma.
Más vehículos
No se trata, además, de un caso aislado. Ucrania lleva tiempo recurriendo a plataformas improvisadas para compensar la escasez de material pesado. Camionetas, todoterrenos y vehículos ligeros han sido adaptados para montar lanzacohetes o morteros de corto alcance, ofreciendo apoyo rápido a las unidades de infantería. Este BMW es simplemente una de las variantes más llamativas y mediáticas.
Más allá de lo anecdótico, este tipo de adaptaciones reflejan una capacidad de improvisación constante. En un escenario donde cada ventaja cuenta, incluso una berlina de lujo reciclada puede convertirse en una pieza útil del engranaje militar. No cambiará el curso de la guerra por sí sola, pero sí ilustra hasta qué punto la creatividad técnica se ha convertido en un recurso estratégico más.
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Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.
