Los dos nuevos Renault por los que no hay que esperar

La crisis de los microchips, aún sin resolver, ha disparado los tiempos de entrega en los concesionarios: sencillamente, no hay coches nuevos. Los compradores se ven obligados a recurrir al mercado de segunda mano, que encarecido los precios de manera notable.

Para evitar este éxodo de potenciales clientes, las marcas están recurriendo a estrategias diversas que, en el caso de Renault, tiene nombre y apellido: Fast Track.

Así ha bautizado la marca una edición especial que promete un tiempo de entrega de un mes. Ya estaba disponible para el Renault Captur y ahora se incorpora a las gamas de los Renault Mégane y Renault Arkana.

La clave para conseguirlo unas entregas tan rápidas está en reducir el empleo de microchips, lo que implica recortes en el apartado tecnológico. A pesar de ello, Renault apunta que estos dos modelos cuentan con el sistema multimedia Easy Link, con pantalla de hasta 9,3 pulgadas, climatizador automático, cámara de visión trasera y sistemas de asistencia a la conducción.

En el caso del compacto, este nuevo acabado se asocia a su motorización gasolina de 140 CV, la de mayor demanda entre los clientes particulares. Para el SUV se combina con la versión híbrida de 145 CV.

Sébastien Guigues, Director General de Renault, Alpine y Mobilize Iberia, resume la esencia de las versiones Fast Track: “En un contexto incierto en cuanto a plazos de entrega, con estas versiones adquirimos el compromiso de reducirlos a 30 días. El resultado hasta ahora ha sido muy positivo, pues hemos conseguido más ventas y mayor satisfacción de nuestros clientes”.

El Renault Mégane Fast Track ya está disponible desde 24.631 euros. El Renault Arkana Fast Track arranca en 35.363 euros, con etiqueta ECO de la DGT incluida.