El BMW M5 mantiene la potencia, pero refuerza la deportividad

La berlina estrena ligeros cambios estéticos, novedades tecnológicas y una puesta a punto todavía más deportiva.

BMW M5
Se lanza al mercado en agosto.

Tras la puesta al día del BMW Serie 5, hace un mes, era cuestión de tiempo que BMW mostrara cómo afectan los cambios a sus versiones más deportivas, los M5 y M5 Competition.

Así, el frontal de estas variantes recibe modificaciones en su parrilla, acabada en negro, con un marco musculoso y láminas verticales. También hay cambios en los grupos ópticos, con tecnología LED y un diseño todavía más afilado, y en el paragolpes, cuyas entradas de aire le dan una imagen todavía más agresiva.

En la vista lateral lo más destacado son las nuevas llantas de 20 pulgadas heredadas del M8. En la zaga se ha rediseñado el difusor, que aloja dos salidas de escape dobles, mientras que los pilotos están oscurecidos y el portón del maletero está coronado por un pequeño alerón negro. Además, se añaden cinco pinturas para la carrocería, incluyendo colores exclusivos como los Brands Hatch Grey y Motegi Red Metallic.

El habitáculo es bastante familiar, pero su sistema de infoentretenimiento cuenta ahora con una consola central más grande, cuya pantalla alcanza las 12,3 pulgadas, y es compatible con Android Auto. La otra gran novedad del interior es la incorporación de dos nuevos botones cerca de la caja de cambios que permiten seleccionar el modo de conducción y personalizar sus parámetros.

Lo que permanece intacto en el BMW M5 –y gracias a esto es una de las berlinas más deportivas del mercado– es su apartado mecánico. Monta un motor 4.4 V8 biturbo que en la variante M5 desarrolla 600 CV, cifra que aumenta hasta los 625 CV en el caso del M5 Competition, compartiendo ambas versiones el mismo par máximo de 750 Nm.

BMW M5

El propulsor del BMW M5 se combina con una caja de cambios automática M Steptronic de ocho marchas y con un sistema de tracción integral que permite usar también un modo de tracción trasera y un 4×4 Sport. Gracias a dicha configuración, aceleran de 0 a 100 km/h en 3,4 y 3,3 segundos, respectivamente, y tienen su velocidad máxima limitada a 250 km/h, que sube a 305 km/h si se instala el M Driver’s Package.

Lo que sí incorpora ligeros cambios es la puesta a punto del chasis, ahora todavía más deportiva y que incluye elementos como el sistema de amortiguación heredado del BMW M8 Gran Coupé.

Por el momento solo se ha desvelado su precio para el mercado alemán, donde cuando se lance en agosto tendrá una tarifa base de 120.900 euros, que serán 129.900 euros más el BMW M5 Competition.

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